La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) ha dado un paso histórico en la lucha contra el racismo en el deporte al aprobar un nuevo gesto oficial para que jugadores denuncien actos de discriminación durante los partidos. Esta medida, aprobada por unanimidad el 17 de mayo en el 74° Congreso de la FIFA en Bangkok, entrará en vigor desde hoy, iniciando con el encuentro entre Brasil y Uruguay.
El denominado “gesto de incidente racista” consiste en cruzar las manos a la altura de la muñeca, una señal que permitirá a los futbolistas notificar directamente al árbitro sobre insultos o abusos racistas. Al recibir esta indicación, el árbitro activará un procedimiento de tres niveles diseñado para abordar estas situaciones y garantizar la seguridad y el respeto en el campo de juego.
Los tres niveles del protocolo
- Interrupción del partido:
- El árbitro detendrá el juego al constatar o recibir información de un acto racista.
- Se emitirá un anuncio en el estadio explicando las razones de la interrupción y advirtiendo que el comportamiento debe cesar inmediatamente para evitar mayores sanciones.
- Suspensión temporal:
- Si los actos discriminatorios continúan, el árbitro suspenderá temporalmente el partido y enviará a los equipos a los vestuarios.
- Suspensión definitiva:
- Si el comportamiento persiste, el árbitro suspenderá el partido de manera definitiva, pero solo tras consultar con las autoridades pertinentes y garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Un mensaje claro contra el racismo
El nuevo protocolo busca empoderar a los jugadores, cuerpos técnicos y árbitros para enfrentar el racismo de manera contundente. Según declaraciones de la FIFA, este gesto representa un compromiso firme para garantizar un ambiente inclusivo y libre de discriminación en el futbol.
“Con esta medida, enviamos un mensaje claro: el racismo no tiene cabida en nuestro deporte, y quienes lo perpetren enfrentarán consecuencias claras e inmediatas”, señaló el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
El protocolo no solo busca proteger a los futbolistas, sino también generar conciencia entre los aficionados y actuar como un precedente en otros deportes. Este gesto se convierte en una herramienta clave para enfrentar un problema que ha manchado numerosas competencias deportivas en los últimos años.
A partir de ahora, cada partido organizado por FIFA llevará consigo no solo la emoción del juego, sino también una nueva responsabilidad colectiva de respeto y equidad en los estadios.