Bruselas.— El cruce de la frontera con Estados Unidos nunca fue tan mortífero para las personas indocumentadas como en el segundo año de la pandemia de coronavirus.
El balance preliminar del Proyecto de Migrantes Desaparecidos (MMP) de la Organización Internacional sobre las Migraciones (OIM), muestra que al menos 681 personas perdieron la vida intentando cruzar de manera irregular la frontera norte de México.
La cifra representa la mayor registrada desde que los expertos en Berlín comenzaron a recaudar datos sobre muertes en las principales rutas migratorias, en 2014.
Tan solo el condado de Imperial en California, colindante al sur con el Municipio de Mexicali, Baja California, reportó en solitario por lo menos 40 muertes.
De acuerdo con el centro de análisis de datos globales en materia migratoria, en 2021 aumentaron los casos fatales en 45% con relación al primer año de la pandemia (476 casos), y 32% con respecto al pico registrado en 2019 (524 casos), año en que se recrudecieron las políticas antimigratorias del entonces presidente estadounidense Donald Trump.
“Nunca antes habíamos documentado tantas muertes en la frontera entre México y Estados Unidos como el año pasado, lo que demuestra que las personas necesitan de manera desesperada vías migratorias seguras y regulares”, dice a EL UNIVERSAL Julia Black, coordinadora del proyecto de la OIM.
Con la llegada de Joe Biden, se volvió a hablar de una política migratoria humanitaria, pero ello derivó en que miles de migrantes cruzaran apenas iniciada la administración del demócrata, pensando que sería más fácil llegar a suelo estadounidense.
“Las políticas fronterizas han sido bastante caóticas y arbitrarias durante el primer año de Biden, lo cual lleva a confusión y peligro cuando los flujos son tan masivos como lo han sido. Los migrantes no saben cuáles son las reglas e intentan por todos lados para llegar a su destino”, explica a este diario Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias.
El experto acota que, además, el actual gobierno “dejó funcionando algunas de las mismas medidas de Trump -como “Quédate en México”, obligado por la corte-, pero con más excepciones. Irónicamente, ha llevado a mucha confusión sobre las reglas y los migrantes intentan cruzar de formas más peligrosas, ante la incertidumbre”.
Para la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), la administración Biden no sólo sigue implementando las políticas migratorias de Trump, sino que en algunos casos las ha ampliado en detrimento de sistemas justos, seguros y humanos.
El gobierno, sostiene MSF, expulsó a cerca de un millón de personas en 2022 bajo el llamado Título 42, una herramienta introducida por el gobierno estadounidense citando la amenaza de Covid-19 y que permite la deportación sin oportunidad de solicitad asilo.
Además, tras el restablecimiento de “Quédate en México”, se está exponiendo a solicitantes de asilo y migrantes a amenazas, abusos, violencia y falta de servicios básicos.
“El presidente Biden ha incumplido sus promesas de gestionar la migración de una manera que trate a las personas de manera justa y humana”, afirma Avril Benoit, directora ejecutiva de MSF en Estados Unidos.
“Cada día nuestros equipos en México ven más gente sufriendo como resultado de estas promesas incumplidas”, precisa.
Del total de los casos contabilizados el año pasado en el proyecto de la OIM, 348 fueron hombres, 89 mujeres y 19 niños; del resto no hay información debido a que los cuerpos fueron recuperados en estado de descomposición y meses después de su fallecimiento.
Domina el término desconocido como principal causa de muerte, “porque muchos cuerpos son descubiertos mucho después de su muerte”, reitera Black.
De los que sí tiene información, se sabe que138 personas habrían fallecido por circunstancias relacionadas con las duras condiciones ambientales, falta de agua o alimentos; 101 por ahogamiento, principalmente intentando cruzar el Río Bravo, 76 por accidentes viales, 45 por violencia y 19 por accidentes, como caídas y piquetes de animales letales.
Respecto a la nacionalidad, no se sabe el origen de 370 personas. De los que se conoce, la mayoría son mexicanos, concretamente 151, seguido por guatemaltecos 72 casos, hondureños 34, ecuatorianos 17 y salvadoreños 16. Solo un caso no corresponde es de Latinoamérica, el de una persona con pasaporte senegalés.
Para este 2022 las perspectivas no son alentadores: los primeros datos recaudados por el organismo mantienen la alerta en rojo.
“Lamentablemente ya hemos registrado ocho muertes en la frontera entre Estados Unidos y México en lo que va del año, 6 hombres, una mujer y una niña de 7 años”, indica Black.
En cuanto al tránsito de migrantes por México, la OIM sostiene que el aumento de la vigilancia, en combinación con el endurecimiento de la ley migratoria, está provocado que las personas que viajan en situación irregular por el país recurran a rutas aún más remotas y peligrosas.
Esto implica que utilicen medios de transporte altamente inseguros y que deambulen a través de caminos desolados en los que están expuestos a abusos, lesiones y extorsiones sistemáticas.
Los datos recaudados por el MMP muestran que muchas personas mueren precisamente por los obstáculos que enfrentan a lo largo del trayecto por México hacia la Unión Americana.
Lo mismo ocurre en la ruta que cruza Centroamérica, en donde la violencia, que va desde el asesinato hasta el abuso físico y la violencia sexual, es la segunda causa de muerte más común en la región.
La ruta centroamericana rumbo a la frontera sur con México contabilizó también una cifra récord el año pasado: 323 muertes, el doble que 2020, 165 casos. El mes de diciembre fue el más letal, con 61 casos de personas muertas o desaparecidas. El MMP ha registrado en la ruta centroamericana mil 547 muertes desde 2014.
Tomado de El Universal