Por Kenia López Rabadán / El Universal
El evento organizado el día de ayer por la señora Sheinbaum, en el Monumento a la Revolución, es una afrenta a los ideales de democracia y libertad que simboliza ese emblemático lugar.
Utilizaron el dinero de los capitalinos para entregar tortas, colgar lonas y pancartas, pasar lista a beneficiarios de programas sociales y distribuir playeras. Todo este dispendio fue con un único fin: promocionar ilegalmente la imagen de Claudia Sheinbaum y su burda ambición por ser la candidata presidencial de Morena.
El discurso del apoyo ciudadano “espontáneo” que tanto repite la señora Sheinbaum, se cayó. Ayer vimos cómo obligaron a los adultos mayores a asistir, ya que para llenar su evento, los servidores públicos los amenazaron con perder sus apoyos.
La regenta no dio resultados y en lugar de solucionar los problemas del Metro, la inseguridad, la falta de agua, el déficit de vivienda, el incremento de la pobreza y la delincuencia organizada, hizo un evento que lo usaron para el arranque de su ilegal precampaña.
Rodeada de los secretarios del Gobierno de la Ciudad de México, quienes deberían estar trabajando para los capitalinos y no de comparsas, dio un discurso ajeno a los problemas que ha generado su administración. La realidad es que en cuatro años y medio no se ocupó de disminuir los asesinatos, los feminicidios, ni las extorsiones. Tampoco solucionó la movilidad, lo único que imperó fue la corrupción y la negligencia.
Desde el día uno de su administración, la “corcholata” Sheinbaum se dedicó a promover su imagen y a sumir a la Ciudad de México en una espiral de abandono al utilizar los recursos públicos para hacer recorridos ilegales por todo el país. Prometió un gobierno innovador, de derechos y lo único que tuvieron los capitalinos fue una señora que violó derechos con tal de obedecer ciegamente al presidente López Obrador.
No se preocupó por atender la Ciudad, al final, sólo le importó conservar la aprobación del inquilino de Palacio Nacional. Los servicios de salud, las estancias infantiles, el transporte, las escuelas, la recuperación del espacio público, todo lo que prometió fortalecer, lo destruyó.
La incongruencia de Morena es cada día más evidente: para gobernar y dar resultados aplican la austeridad, pero para los eventos inmorales se gastan todo. Lo único que persiguen es saltar a su siguiente encargo. Utilizan el servicio público no para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, lo usan para beneficiarse a costa del esfuerzo del pueblo de México.
Lo único bueno es que la señora Sheinbaum ya se va y dejará de dañar a la Ciudad de México.
El pilón: Como todo lo que hace Morena, el Acuerdo de su Consejo Nacional está viciado y es ilegal. Que no pase desapercibido que todos los actos que están realizando las “corcholatas” son ilícitos y el INE debe ponerles un alto. Al tiempo.
Senadora de la República