Existen distintas problemáticas en las personas que involucran al cabello. No todas son afecciones graves, pero sí se pueden presentar casos en que resulte necesaria la intervención de un profesional, cambiar hábitos de alimentación, mejorar el cuidado que se tienen con el cabello y reforzar nutrientes a través de algún tratamiento en particular.
Cuando llega el otoño, muchas personas que habitan en México se encuentran con una pérdida de cabello un poco más acentuada. Esto se debe al efluvio telógeno que el Instituto Mayo Clinic describe como un estrés importante que provoca que bastantes folículos pilosos pasen a una fase de reposo por lo que, en unos meses, los pelos afectados pueden caerse repentinamente con solo peinarse o lavarlos.
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Vitaminas para el cabello
Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología precisan que la caída del cabello por efluvio telogénico puede deberse a causas fisiológicas como postparto, estrés, infección severa, radiación ultravioleta, enfermedades inflamatorias intestinales y fármacos como antiretrovirales, ácido acetil salicílico, fenitoína, litio y aciclovir, entre otros.
Sin embargo, los especialistas llevan tranquilidad a los mexicanos que en otoño experimentan la caída de cabello por efluvio telogénico. Además de aclarar que es una época del año en donde comúnmente el pelo cae, destacan que se puede reforzar una vitamina que combatirá este proceso.
La vitamina que destacamos en esta oportunidad es la A, un compuesto liposoluble que se almacena en el hígado y se encuentra en la alimentación de las personas, según un informe de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos. Su presencia en el organismo colabora en el cuidado de la piel y del cabello, pero aclaran que su ingesta debe ser a través de la alimentación para evitar un exceso de esta vitamina ya que podría ser contraproducente.
La Biblioteca Nacional de Medicina (Estados Unidos) indica que la vitamina A preformada se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves de corral y productos lácteos. Por otro lado, los precursores de la vitamina A, se encuentran en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras, por lo que sumarla a través de nuestra alimentación no resulta complicado.