EL PASO.
El estado de Texas se ‘trepó’ a la guerra por el agua entre EU y México que ha desatado una serie de protestas por parte de agricultores mexicanos y que incluso culminó con la muerte de una chihuahuense en el municipio de Delicias.
A seis semanas de que concluya el plazo para entregar el agua del Río Conchos a Estados Unidos, México debe el equivalente de un año del suministro pactado en el tratado internacional de 1944.
México tiene la obligación de entregar a los Estados Unidos un millón 750 mil acres-pies de agua sobre un ciclo de cinco años, a un promedio de 350 mil al año durante el ciclo de cinco años.
Al 29 de agosto de 2020, México ha entregado un millón 431 mil 502 acres-pies. Por lo tanto, México debe a Estados Unidos 318 mil 498 acres-pies de agua al 24 de octubre de 2020.
“Esta cantidad de agua equivale a casi un año de agua, que debe entregarse en seis semanas. México puede cumplir con las obligaciones del Tratado, ya que todavía tiene un millón 180 mil 957 AP de agua dentro de los reservorios interiores al 7 de septiembre de 2020 y 175 mil en los reservorios internacionales al 29 de agosto de 2020”, según el mandatario texano.
Washington envió una nota diplomática a la cancillería en julio por este motivo, según informó el director para América del Norte, Roberto Velasco. El plazo está fijado para 24 de octubre, para ello el país debe liberar agua de sus diques; aunado a que el gobierno federal quiere cumplir y evitar que Estados Unidos amague con renegociar el tratado.
Desde julio, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha venido exigiendo a las autoridades federales que México cumpla con el pacto, ya que afecta a miles de productores en Texas.
“Los Estados Unidos continúan cumpliendo la entrega de agua del Río Colorado, pero México no cumple las obligaciones del tratado referentes al Río Grande (Bravo)”, señala la la Comisión de Calidad Ambiental de Texas (TCEQ), instancia encargada de asegurarse de que el estado reciba el líquido que le corresponda.
En julio, el gobernador envió una misiva solicitando a la Comisión Internacional de Límites y Aguas (IBWC, por sus siglas en inglés) en la que hacía un llamado para que la instancia internacional presionara a México para que entregara el caudal correspondiente de agua del Río Conchos para el Río Grande –conocido como Bravo en México– como parte del acuerdo de hace más de 70 años.
El 15 de septiembre, Abbott envió otra carta, esta vez al Departamento de Estado, en la que solicita al secretario Mike Pompeo que haga valer el tratado internacional y exija por la vía diplomática que las autoridades mexicanas cumplan con el pacto.
No es la primera vez en tiempos recientes que Texas ha peleado el agua del Río Grande. En 2018, tras un largo litigio, logró que la Suprema Corte de Estados Unidos le diera la razón en lo que respecta a la proporción del líquido que le corresponde procedente de los estados de Colorado y Nuevo México.