Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias “El Perris” y conocido también como “El 27”, fue abatido este viernes durante un operativo militar en el municipio de Navolato, Sinaloa. La acción —que incluyó un despliegue aéreo con helicópteros, intercambios de fuego y la detención de varios civiles armados— marcó el final de una violenta carrera al interior del Cártel de Sinaloa, específicamente en la facción conocida como Los Chapitos.
Nacido el 2 de septiembre de 1989 en Sinaloa, Figueroa Benítez inició su trayectoria criminal trabajando para el grupo de Los Dámaso, pero con el debilitamiento de esa facción, migró a la estructura de Los Chapitos, donde ascendió rápidamente dentro del círculo de confianza de El Nini, jefe de sicarios de alto perfil capturado en 2023. Según una acusación emitida por autoridades estadounidenses, El Perris fue responsable de su seguridad personal y del manejo operativo de sus redes de narcotráfico.
Figura clave en el Culiacanazo y los conflictos internos del Cártel
El Perris ganó notoriedad pública durante el “Culiacanazo” de octubre de 2019, cuando un video lo mostró disparando un rifle calibre .50 contra elementos del Ejército Mexicano en medio del fallido intento de captura de Ovidio Guzmán López. Su participación activa en conflictos internos del cártel también fue documentada, incluyendo la violenta confrontación contra Los Rusos en Tepuche en junio de 2020.
Acusaciones por tortura y experimentación con fentanilo
En 2022, según documentos judiciales en Estados Unidos, El Perris fue implicado en actos de extrema violencia, incluyendo la tortura de personas secuestradas. Una de las víctimas, una mujer, fue presuntamente asesinada tras ser obligada a recibir múltiples inyecciones de fentanilo, una práctica descrita por testigos como un “experimento letal”. Las autoridades estadounidenses calificaron estos actos como crímenes de extrema brutalidad que forman parte del aparato de terror utilizado por Los Chapitos para mantener el control territorial y enviar mensajes a enemigos y posibles traidores.
Un blanco prioritario del gobierno estadounidense y mexicano
Tras el arresto de El Nini en 2023, se presume que El Perris tomó el control operativo de parte de la facción armada conocida como Los Ninis, volviéndose un objetivo de alta prioridad tanto para las autoridades mexicanas como para agencias estadounidenses. El gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de un millón de dólares por información que condujera a su captura.
La operación militar que derivó en su muerte fue precedida por una fallida redada hace una semana, en la que El Perris logró evadir a las fuerzas armadas. Esta vez, sin embargo, su suerte cambió.
Silencio oficial y tensión en la región
Hasta el momento, las autoridades mexicanas no han emitido una declaración formal sobre el operativo. Sin embargo, fuentes militares confirmaron el deceso y la detención de varios sujetos armados. La zona permanece bajo fuerte vigilancia, mientras habitantes de Navolato reportan la presencia continua de helicópteros y unidades del Ejército.
La caída de El Perris representa un golpe importante para la estructura de seguridad armada de Los Chapitos, aunque se desconoce si su eliminación generará una reconfiguración inmediata dentro de la organización o si desatará nuevos episodios de violencia en el estado.