Durango, 10 de mayo de 2025 — La reciente incorporación del ex priista Luis Enrique Benítez Ojeda al partido Morena ha encendido la mecha de una nueva controversia interna en la militancia morenista de Durango. El fichaje, promovido y celebrado por Andrés López Beltrán —hijo del expresidente López Obrador y actual secretario de Organización de Morena— ha sido duramente cuestionado por liderazgos del partido, entre ellos la senadora Margarita Valdez.
En un comunicado difundido este viernes, Valdez expresó su “firme y categórica desaprobación” ante la afiliación de Benítez, señalando que su trayectoria es incompatible con los valores fundamentales del movimiento. La senadora recordó la participación del nuevo militante en un ataque contra la Universidad Juárez del Estado de Durango en 2010, así como sus reiteradas descalificaciones públicas hacia el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum.
“Dichas acciones, tanto pasadas como recientes, resultan incompatibles con los valores éticos y políticos que Morena promueve: no mentir, no robar y no traicionar”, sentenció la legisladora en el documento.
Benítez Ojeda, un político con 40 años de militancia priista y heredero de una trayectoria partidista —su padre también fue priista por más de una década— ha jurado lealtad al proyecto de la Cuarta Transformación. Sin embargo, su llegada ha sido interpretada por varios sectores morenistas como una imposición que contradice la congruencia ideológica del movimiento.
Valdez anunció que recurrirá a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena para solicitar una revisión exhaustiva del caso y evaluar la validez de la afiliación.
La decisión de López Beltrán ha sido vista por analistas como un movimiento estratégico de expansión, pero con alto costo político interno. Para muchos militantes, la llegada de perfiles con historial priista representa una traición a los ideales fundacionales del partido.
Mientras tanto, en redes sociales se ha desatado un debate entre quienes consideran que “todos tienen derecho a cambiar” y quienes denuncian que Morena “traga sapos un día sí y otro también”.
El caso de Benítez Ojeda vuelve a poner en el centro de la discusión el rumbo del partido gobernante y el precio de las alianzas pragmáticas en plena reconfiguración del poder político.