Un ambiente de tensión se vivió el día de ayer en el Senado de la República, cuando un enfrentamiento verbal entre legisladores de Morena y el PAN escaló a empujones, jaloneos y amenazas directas. El conflicto se desató tras declaraciones del panista Mario Humberto Enrique Vázquez, quien acusó al morenista Miguel Ángel Yunes de ceder a presiones políticas.
El coordinador de Morena, Adán Augusto López, se dirigió al área de los panistas para encarar a Vázquez, acompañado por su compañero de bancada, Luis Fernando Salazar. Según videos que circulan en redes sociales, López llegó visiblemente molesto y exigió una disculpa para Yunes Márquez, lo que derivó en una confrontación física que involucró a otros legisladores.
“¡Te voy a madrear!”: acusaciones cruzadas
En entrevista posterior, Vázquez aseguró que fue amenazado por López y Yunes. “Llegaron muy agresivos; Yunes me dijo que me esperaba afuera, en Paseo de la Reforma o donde yo quisiera, para ‘madrearme’. Es inaceptable este comportamiento en un recinto legislativo”, declaró el panista, quien además anunció que interpondrá una denuncia formal.
Por su parte, Adán Augusto López admitió sus palabras y enfatizó que estaba dispuesto a sostener sus diferencias “dentro o fuera” del Senado. “Asumo mi responsabilidad. Aquí no se trata de política, se trata de caballerosidad. Yo sostengo lo que le dije y donde sea estoy dispuesto a resolverlo”, afirmó desde su escaño.
Jaloneos y tensión en el pleno
El altercado alcanzó su punto más crítico cuando López intentó avanzar hacia Vázquez y fue contenido por otros legisladores. Salazar, otro morenista, también fue captado sometiendo al panista Enrique Vargas del Villar por la espalda, lo que provocó un forcejeo generalizado.
En respuesta, Vázquez solicitó medidas de seguridad y pidió que se garantice la libertad de expresión en el Senado. “No podemos permitir que el debate se convierta en una pelea campal. Esto ya parece el Senado de los ‘Picapiedra'”, expresó en tono irónico.
Un episodio que refleja la crispación política
El incidente evidencia la creciente polarización en el Senado, donde las discusiones legislativas se han visto empañadas por tensiones personales y enfrentamientos. Las fricciones se intensificaron tras las acusaciones de presiones en el marco de la reforma judicial, lo que añade una nueva capa de conflicto al ambiente legislativo.
Mientras la oposición exige una disculpa y medidas disciplinarias, desde Morena se insiste en que el incidente fue provocado por “insultos infundados”. Por ahora, lo único claro es que este episodio quedará marcado como un capítulo bochornoso en la historia del Senado mexicano.