Ciudad de México.
Durante los años 2022 y 2023, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador destinó 111 millones de pesos a la compra de medicamentos provenientes de Cuba, a través de contratos adjudicados de manera directa a la empresa Neuronic Mexicana, S.A. de C.V., representante en México de Laboratorios AICA, filial del conglomerado estatal cubano Biocubafarma.
Estas compras se realizaron mientras persistía la escasez de fármacos en hospitales públicos mexicanos, afectando a miles de pacientes, según una publicación de Animal Político.
Entre los medicamentos adquiridos se incluyeron 3.4 millones de gotas oftalmológicas por un monto de 80 millones de pesos. Según documentos oficiales obtenidos vía transparencia y revisados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), dichos productos fueron clasificados como caducos, de mala calidad y sin permisos sanitarios.
El informe también reportó que del total del pedido de Cisplatino, medicamento utilizado para tratar el cáncer, sólo fue entregado el 65%.
La instrucción para beneficiar a Neuronic Mexicana habría provenido del general en retiro Jens Pedro Lohmann, entonces director general de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), de acuerdo con testimonios rendidos por exfuncionarios de la institución ante la ASF. “En la historia de Birmex no se había comercializado ese tipo de medicamentos, no fue hasta la licitación de compras consolidadas 2023-2024 que se instruyó por parte de la dirección general de Birmex de beneficiar al proveedor Neuronic Mexicana”, declaró uno de ellos.
Antes de la actual administración federal, Neuronic Mexicana sólo había recibido contratos por 419 mil pesos entre 2009 y 2015. Sin embargo, sus ingresos se dispararon desde la publicación, el 28 de enero de 2020, del decreto presidencial que permitió la importación de medicamentos sin registro sanitario en México, aceptando como válidas las certificaciones de agencias extranjeras reconocidas por la Organización Mundial de la Salud. La empresa reconoció que la importación de esos productos se realizó bajo el Acuerdo del 28 de enero de 2020.
En 2022, Birmex pagó 1 millón 950 mil pesos a la misma empresa por la adquisición de Aminofilina y Fluorouracilo. La ASF encontró que 54 mil dosis de Aminofilina no fueron comprobadas o estaban dañadas, al igual que 10 mil de Fluorouracilo. A pesar de ello, Birmex firmó en 2023 un nuevo contrato por 109 millones de pesos, autorizado por altos funcionarios de la empresa, incluidos los directores de Comercialización, Adquisiciones y Finanzas.
Del total de gotas oftalmológicas contratadas, sólo fueron entregadas 2.2 millones, según registros obtenidos por transparencia. Además, del total de 192 mil dosis de Cisplatino pactadas, únicamente se entregaron 123 mil. La distribución también fue deficiente: sólo hay constancia de entrega de 32 mil de las 105 mil dosis de Atropina, y de apenas 1,922 dosis de Cisplatino.
La ASF analizó una muestra del contrato por 48 millones de pesos y detectó irregularidades como medicamentos sin permisos sanitarios, entregas incompletas, productos vencidos o rechazados por hospitales por su mala calidad. Según el informe, Birmex fue quien realizó los trámites de importación y liberación de los productos, pese a que Neuronic Mexicana no contaba con las autorizaciones necesarias. “Muchos de los empaques venían en mal estado… la instrucción fue de recibirlos y de acondicionarlos”, dijo otro exfuncionario.
Los medicamentos tampoco estaban contemplados en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud, y varias instituciones hospitalarias los rechazaron por no aprobar las pruebas de volumetría realizadas por Cofepris. A pesar de ello, “se instruyó a la Dirección de Calidad de Birmex que se hiciera la liberación interna del medicamento y emitiera el Dictamen de Cumplimiento Regulatorio”.
Neuronic Mexicana afirmó haber pagado las penalidades correspondientes y haber emitido notas de crédito o devuelto dinero a Birmex por los productos defectuosos. Aseguró también que “la responsabilidad recayó sobre Birmex y el análisis y la liberación la realizó el laboratorio de Cofepris”. No obstante, la empresa dejó de responder cuando se le preguntó sobre los montos exactos de dichas penalidades.
En septiembre de 2024, el IMSS-Bienestar contrató nuevamente a Neuronic Mexicana, esta vez para suministrar 11,778 kits médicos por un monto de 316 millones de pesos. Aunque el contrato fue firmado, para diciembre de ese año la empresa no había entregado los productos. El IMSS-Bienestar solicitó su cancelación anticipada alegando un caso fortuito o fuerza mayor.
El gobierno mexicano también destinó otros 1,453 millones de pesos a la compra de vacunas cubanas contra covid-19, fabricadas por la empresa Inmunoensayo, también perteneciente a Biocubafarma. Además, erogó 472 millones de pesos a la Comercializadora de Servicios Cubanos S.A. por la contratación de médicos cubanos, según un convenio firmado por el IMSS en septiembre de 2022, en el cual también participó Neuronic Mexicana.
La ASF solicitó información financiera a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, y encontró transferencias desde Neuronic Mexicana hacia Laboratorios AICA y Biocubafarma Tesorería. La empresa justificó estas transacciones al señalar que representa legal y mercantilmente a AICA en México, y que ambas forman parte del conglomerado cubano. El presidente López Obrador aseguró en múltiples ocasiones que el sistema de salud mexicano sería como el de Dinamarca. Sin embargo, los datos muestran una disminución en los servicios de salud: seis millones de bebés quedaron sin vacunas, medio millón de cirugías no se realizaron y se quintuplicó el número de recetas médicas no surtidas. Mientras tanto, se canalizaron más de 2 mil millones de pesos del presupuesto mexicano de salud a entidades cubanas mediante contratos y convenios firmados durante su sexenio.