El presidente Andrés Manuel López Obrador sugiere que el incidente con una botella de plástico revela una conexión con el tráfico de influencias en el Poder Judicial.
En un evento reciente en Veracruz, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue blanco de una agresión cuando un hombre le lanzó una botella de plástico. Sin embargo, más allá de un simple incidente aislado, el mandatario lo utilizó como plataforma para intensificar sus críticas hacia el Poder Judicial, señalando posibles conexiones entre el agresor y una supuesta red de traficantes de influencias.
“El que me aventó la botella de agua es un abogado, seguramente vinculado a la red de traficantes de influencias en el Poder Judicial”, declaró el presidente durante su conferencia matutina, dejando en claro que ve este acto como algo más que una provocación personal, sino como un reflejo de la corrupción que, según él, impera en el sistema judicial del país.
Un ataque con trasfondo político
La reacción del presidente se da en un contexto de tensiones crecientes entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. López Obrador ha reiterado en diversas ocasiones que el sistema judicial mexicano está cooptado por intereses económicos y políticos, lo que dificulta la implementación de reformas en el país. Este altercado, aunque menor, fue rápidamente utilizado por el mandatario para reforzar su narrativa de que ciertos actores del Poder Judicial estarían involucrados en prácticas corruptas.
Críticas desde el Ejecutivo
El señalamiento de AMLO no sorprende a quienes siguen de cerca la relación entre los poderes en México. En los últimos meses, el presidente ha lanzado una serie de críticas a jueces y magistrados, argumentando que muchas de sus decisiones favorecen a grandes corporaciones y personajes de la política tradicional, lo que frena el cambio que su administración busca implementar.