“Este domingo 7 de abril, todos adelantaremos una hora nuestros relojes…con el Horario de Verano se aprovecha más el día” se escuchaba en la radio, la televisión y se leía en la prensa para recordar a la población mexicana el inicio del Horario de Verano en marzo de 1996.
El horario de verano se estableció por decreto presidencial anunciado el 4 de enero de 1996, pero fue hasta el 7 de abril que se aplicó de forma regular en todo México. La idea era hacer coincidir la hora nacional con la de Estados Unidos.
Con este ordenamiento los tres horarios vigentes en México: Baja California, Sonora, Sinaloa, Nayarit y Baja California Sur, así como el resto del país adoptaban esta nueva medida. Aunque algunos estados como Baja California ya lo implementaban desde hacía al menos dos décadas.
Un día antes del inicio del Horario de Verano, el sábado 6 de abril de 1996, el Servicio Nacional de Metrología, organismo descentralizado de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, ofrecía proporcionar a los interesados el horario de verano en las tres zonas del país y lo acompañaba con un mapa ilustrativo. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Una nota de este diario narraba que para sorpresa de los capitalinos, el Reloj Chino y el de la Catedral Metropolitana adelantaron sus manecillas desde las 6 de la tarde del sábado 6 de abril y que en los 12 relojes monumentales de la entonces delegación Cuauhtémoc se hizo el cambio de horario sin que la mayoría de los habitantes lo notara, pues ya marcaban las 20 horas cuando aún eran las 19.
Otros antiguos relojes que “sufrieron” el cambio fueron el Otomano o de “La Ranita”, el del Carmen, del museo del Chopo y el del Palacio de Correos, entre varios más de iglesias y edificios públicos.
El reloj Otomano, está ubicado en “La plaza de La Ranita” en la esquina de Venustiano Carranza y Bolívar. Foto Francisco Gómez, Horario de Verano de abril de 1997.
Las publicaciones del domingo 7 de abril, referían que el cambio había causado confusión y retrasos mínimos entre la población, aun cuando era un día no laboral para la mayoría, muchos decían que solo era cuestión de acostumbrarse.
Se lee que ese día en algunos sitios como en el metro o las gasolinerías, los relojes marcaron la hora “normal”, sin cambios. En un recorrido que hizo la reportera Ella Grajeda, la población externó cierto temor a equivocarse, sobre todo en los horarios en que iniciarían actividades las dependencias públicas luego de las vacaciones de semana santa, pues coincidieron con la aplicación del nuevo horario.
En general la mayoría de los capitalinos entrevistados aceptó haber adelantado un día antes sus relojes, pero otros consideraron que les quitaron una hora de sueño. “A miles de capitalinos el cambio de horario les dio la sensación de haber dormido menos”, escribió la reportera.
Incluso algunas tiendas departamentales invitaban a su clientela a “aprovechar” el horario de verano, a la vez que extendían el tiempo de apertura de sus sucursales.
Los anuncios del nuevo Horario de Verano fueron constantes en territorio nacional, a través de la Radio, la Televisión y la prensa, en donde se recordaba a la población adelantar una hora los relojes, lo cual no afectaría las actividades cotidianas, pues los horarios seguirían siendo los mismos en los trabajos, las escuelas o espectáculos. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Con el Horario de Verano se ahorró lo que gastaba de luz Aguascalientes en un año
El 26 de octubre de aquel año, al terminar el primer ejercicio del horario de verano, el reporte oficial fue de un ahorro del 0.8% y no del 1% como en un principio habían anunciado las autoridades federales.
Aun así se lograron ahorrar 385 millones de pesos, según informó Rogelio Covarrubias, coordinador del Programa Horario de Verano del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE).
En entrevista con este diario el funcionario dijo que en términos generales los objetivos se habían cumplido, en el sentido de aprovechar mejor la luz natural, hacer uso más eficiente de la energía eléctrica y con ello quemar menos combustibles en favor del medio ambiente.
Otra de las principales metas era tener una amplia relación comercial y financiera con otros países, a través de una mejor coordinación con los horarios. El ahorro del 0.8% representaba 900 millones de Kilowats/hora, es decir, el gasto de luz del estado de Aguascalientes durante un año, señaló el entonces coordinador del programa.
Covarrubias celebró un ahorro de 500 megawats en el periodo de horas pico, entre las 6 de la tarde y las 10 de la noche, en vez de los 150 que se habían calculado, lo que significó 3 veces más de lo calculado.
A partir de 1996, todos los años se llevaría a cabo el cambio de horario, al siguiente, en 1997, a partir de las 2 horas del primer domingo de abril y hasta las 2 horas del último domingo de octubre.