México descendió tres posiciones en el ranking de competitividad del IMD Business
School. Pasamos de la posición 50 a 53 de 63 países. Entre los países
latinoamericanos que están en el ranking, nos encontramos en la tercera posición
después de Chile y Perú. Preocupa que México se ubicó en la posición más baja
desde que se lleva a cabo el ranking (2010).
Asimismo, México salió de la lista de las 25 economías más atractivas para la
Inversión Extranjera Directa elaborada por AT Kearney. Esta es la primera vez que la
economía mexicana no figura en la lista desde su primer ingreso en 2013, cuando se
ubicó en la novena posición. En esta ocasión, el único país latinoamericano que se
encuentra en esta lista es Brasil que se ubica en la posición número 22.
Ambos hechos se atribuyen principalmente al deterioro económico que ya veníamos
experimentando desde antes de que iniciara la pandemia. En 2019, se registró una
contracción anual de la economía de 0.1%, la primera desde 2009. La principal razón
detrás de esta caída es la pérdida de confianza del sector privado.
Diversas acciones por parte del Gobierno Federal han ido en detrimento de la
certidumbre y confianza para invertir. Ejemplo de ello son los cambios de reglas, las
afectaciones al Estado de Derecho y las consultas públicas para tomar decisiones de
inversión.
De hecho, AT Kearney relaciona la salida de México de la lista de economías mas
atractivas para Inversión Extranjera Directa a eventos muy específicos que han
dilapidado la confianza para invertir. Tal es el caso de la cancelación de la
construcción del NAICM, priorizar obras con baja rentabilidad como la Refinería Dos
Bocas, el cambio de reglas en el sector energético y el freno a inversiones privadas
que ya estaban en marcha como la planta de Constellation Brands.
Ante ello, la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) observa
cuatro grandes retos en materia de competitividad ante el impacto de la pandemia del
2 coronavirus SARS-CoV-2 (que causa la enfermedad COVID-19) y los recientes
cambios en las reglas del juego, sobre todo en el sector energético.
Uno de ellos es la recuperación del empleo formal después del impacto de la
pandemia, con más de un millón de empleos de este tipo perdidos entre marzo y
mayo, corriendo el riesgo de que aumente la informalidad.
Para el Sector Empresarial, sin duda esto repercutirá en la competitividad de nuestra
economía y, sobre todo, en los ingresos de las familias mexicanas. Por ello, preocupa
las débiles medidas fiscales que hasta hoy ha implementado el gobierno federal que
suman solo 0.4% del PIB. Es necesario que el Gobierno Federal implemente medidas
fiscales urgentes para proteger el empleo tales como los #RemediosSolidarios que
hemos propuesto desde COPARMEX.
El segundo reto son los golpes a la competencia, sobre todo en el sector energético.
En específico, los recientes acuerdos de la Secretaría de Energía, que frenan la
inversión en energías renovables y limitan la competencia del sector eléctrico del país.
Asimismo, el reto de repensar a PEMEX, para convertirlo en una empresa estatal de
vanguardia y competitiva que brinde frutos y rendimientos para el país. Es inminente
la urgencia de un cambio de estrategia en este sentido para mejorar el panorama de
inversión.
Finalmente, está el reto de lograr que las pequeñas y medianas empresas adquieran
las capacidades para participar en las cadenas globales de valor. Actualmente, el 95
por ciento de ellas no lo hace ya sea por falta de información, porque no lo considera
necesario o no le interesa. Apuntalar la competitividad de estas, es crucial para
aumentar nuestro potencial de crecimiento.
En la COPARMEX urgimos al Gobierno Federal a brindar confianza para las
inversiones a través del respeto de las reglas y al Estado de Derecho, así como a
implementar medidas contundentes para sortear la crisis, protegiendo la economía
nacional a través de un impulso al empleo y a las fuentes de trabajo