A la par, entregó los reconocimientos del Concurso de Calaveritas.
Este jueves, la Biblioteca del Congreso del Estado de Chihuahua “Carlos Montemayor Aceves”, inauguró un altar de muertos en honor al escritor chihuahuense Martín Luis Guzmán, a la par, entregó los reconocimientos a los participantes del Concurso de Calaveritas Literarias.
La titular de la Biblioteca Legislativa, Soledad Limas Frescas, dijo que la realización de este evento, tuvo como objetivos principales la difusión de la vida y obra de autores chihuahuenses, la promoción de la lectura y el fortalecimiento de las tradiciones y costumbres mexicanas.
La ceremonia, se llevó a cabo con la lectura de la biografía de Martín Luis Guzmán, realizada por parte de la titular de la Biblioteca, quien además dio por inaugurada la exposición del Altar de Muertos. Posteriormente, el personal de la Biblioteca Legislativa presentó una muestra sobre el significado y la relevancia del Altar de Muertos, enriqueciendo la comprensión de esta emblemática tradición.
Durante el acto, los autores tuvieron la oportunidad de compartir sus calaveritas literarias con los asistentes, y finalmente se hizo la entrega de reconocimientos a los participantes de la convocatoria.
Es importante destacar que el Altar de Muertos en honor a Martín Luis Guzmán estará disponible para visitas del público en general del 31 de octubre al 7 de noviembre, en un horario de 9:00 a.m. a 3:00 p.m., excepto sábados y domingos, en las instalaciones de la Biblioteca Legislativa.
Martín Luis Guzmán Franco (Chihuahua, 6 de octubre de 1887 – Ciudad de México, 22 de diciembre de 1976) fue un distinguido escritor, periodista y diplomático mexicano, considerado, junto a Mariano Azuela y Nellie Campobello, uno de los pioneros de la novela revolucionaria, género literario inspirado en las experiencias de la Revolución Mexicana de 1910. Guzmán acompañó a las tropas del general Francisco Villa y, posteriormente, desde su exilio en Estados Unidos y España, observó las acciones de los generales Adolfo de la Huerta y Francisco R. Serrano. A lo largo de su carrera, fundó periódicos, revistas semanales y compañías de publicidad. En 1958, fue merecedor del Premio Nacional de Literatura de México.