Joe Biden comenzó a firmar el miércoles 15 acciones ejecutivas tras asumir como presidente de Estados Unidos, con el objetivo de aplacar la pandemia del coronavirus, el cambio climático, la desigualdad racial, así como revertir algunas de las políticas implementadas por el exmandatario Donald Trump.
Además, termina con una declaración de emergencia nacional que fue la base para desviar algunos fondos federales para construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Las acciones, que cumplen la promesa de avanzar en estos asuntos desde el primer día de su mandato, inician el proceso de reingreso al acuerdo climático de París e incluyen la revocación del permiso presidencial otorgado al controvertido oleoducto Keystone XL.
Las medidas de Biden pondrán fin a la prohibición de viajar que Trump impuso en algunos países de mayoría musulmana. También está pidiendo a su administración que fortalezca el programa DACA para inmigrantes traídos a Estados Unidos cuando eran niños.
El nuevo presidente también está ordenando el uso de mascarillas obligatorio y el distanciamiento social en todos los edificios y terrenos federales.
Biden revierte políticas migratorias de Trump
Expertos advierten que tomará meses desentrañar muchas de las restricciones migratorias impuestas en los últimos cuatro años.
En un marcado contraste con su predecesor republicano, Biden envió un proyecto de ley de inmigración a los legisladores que propone abrir un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos.
Las acciones ejecutivas firmadas en una ceremonia en la Casa Blanca incluyeron el levantamiento inmediato de la prohibición de viajar para 13 países africanos y de mayoría musulmana.
Además, consideran revertir una orden de Trump que evita que los inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente sean contabilizados para los distritos del Congreso.
Biden firmó un memorando ordenando al Departamento de Seguridad Nacional y al fiscal general que preserve el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege a los migrantes que llegaron al país cuando eran niños de la deportación, y revertirá una orden ejecutiva de Trump que pide una aplicación más estricta de normas de inmigración.
En conjunto, las acciones muestran que Biden está comenzando su presidencia con un enfoque nítido en la inmigración, tal como Trump mantuvo el tema en el centro de su agenda política hasta los últimos días de su administración.
La decisión de Biden de revocar inmediatamente la prohibición de viajes de Trump ganó elogios de grupos empresariales y defensores de los migrantes.
Myron Brilliant, un ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, dijo que la prohibición “no estaba alineada con los valores estadounidenses” y que su revocación ayudaría a “restaurar nuestra credibilidad en el escenario mundial”.
Desde diciembre de 2017, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos confirmó una versión revisada de la prohibición, se ha impedido a unas 40,000 personas ingresar a Estados Unidos, según datos del Departamento de Estado.
Más acciones por venir
Biden planea órdenes ejecutivas adicionales el 29 de enero, incluida la restauración de las protecciones de asilo por parte del país, el fortalecimiento del procesamiento de refugiados y la creación de un grupo para reunificar a las familias separadas por las políticas fronterizas de Trump, según un memorando compartido con los legisladores y obtenido por Reuters.
El flamante presidente además levantará las barreras a la inmigración legal establecidas por su predecesor republicano en los últimos cuatro años, de acuerdo al memorando.
También se espera que el 29 de enero ponga fin a un programa de Trump llamado Protocolos de Protección al Migrante, según una persona familiarizada con el plan.
El programa ha dejado a decenas de miles de solicitantes de asilo esperando en México las audiencias judiciales de Estados Unidos, muchos atrapados durante meses en tiendas de campaña cerca de la frontera.
Sin embargo, levantar las prohibiciones puede ser una tarea más fácil que lograr que el Congreso apruebe la ambiciosa propuesta legislativa de Biden.
La propuesta establecerá una hoja de ruta de ocho años hacia la ciudadanía para muchos de los 11 millones de inmigrantes que se estima que viven en el país ilegalmente, según un documento informativo distribuido a periodistas por los funcionarios entrantes de la Casa Blanca el martes.
Los inmigrantes elegibles que se encontraban en el país al 1 de enero recibirán un estatus temporal por cinco años, antes de que se les otorguen “green cards” para la residencia permanente, que está sujeta a ciertos requisitos, como la verificación de antecedentes. Luego podrían solicitar la ciudadanía, después de tres años más, dijeron las autoridades.
El tiempo de espera para la legalización sería más corto – tres años – para algunos de los aproximadamente 645,000 beneficiarios del programa DACA y más de 400,000 inmigrantes que viven en los Estados Unidos con Estatus de Protección Temporal (TPS). También se aceleraría para algunos trabajadores agrícolas.
Si se aprueba, sería la reforma legislativa más grande del sistema de inmigración de Estados Unidos desde la administración del presidente republicano Ronald Reagan en la década de 1980.
Durante décadas, el Congreso no ha logrado aprobar una importante reforma migratoria. Si bien los demócratas tienen una mayoría en la Cámara, el Senado está dividido 50-50 con la vicepresidenta entrante Kamala Harris como voto de desempate. La falta de apoyo bipartidista ha obstaculizado los esfuerzos anteriores para reformar el sistema de inmigración.