Terror y escalofríos eran las sensaciones que invadían los cuerpos cuando nuestras abuelas o madres nos hablaban de las brujas, y es que, “las que hay” en México tienen una particularidad única en el mundo, a tal grado que se han convertido en más que solo historias para espantar a niños.
Cuando uno piensa en estos horripilantes personajes, inmediatamente nos viene a la cabeza el estereotipo de lo que películas y dibujos animados nos han presentado como una bruja: mujer adulta color verde, enorme nariz, ojos gigantes, sombrero puntiagudo y que vuelva por los aires abordo de una escoba de madera.
Sin embargo, la imagen de la bruja es muy variable en cada parte del planeta, pero sin duda alguna en México están las más aterradoras y misteriosas, pues son parte de un gran acervo cultural de tradicional oral, ya que sus historias, cuentos y leyendas se han mantenido de boca en boca por generaciones.
Incluso, la mayoría tendrá algún conocido que sin saber de las brujas, con gran incertidumbre haya afirmado haber visto enormes bolas de fuego brincando de cerro en cerro, ¿te suena?.
Sin piernas y como guajolotes; así son las brujas en México
De acuerdo con las historias que se cuentan a lo largo y ancho del territorio mexicano, especialmente en el sur, las ‘brujas mexicanas‘ lucen como cualquier otra mujer, pues algunas de ellas son parte de familias comunes, esto con el objetivo de camuflarse con la sociedad.
Lo impactante llega cuando cae la noche, y las madres corren para proteger a sus hijos, especialmente a los que no están bautizados, pues son el alimento favorito de estos seres sobrenaturales, y no se los comen a mordidas sino que “los chupan“, de ahí la frase coloquial “te va chupar la bruja“, pues dicen que te quita la esencia y te roba el alma.
Para ello las brujas sufren una metamorfosis: adaptan en su cuerpo una horrible forma como de animal, se quitan sus propias piernas para así poder volar y surcar los cielos en forma de enormes bolas de fuego que saltan de cerro en cerro en busca niños y bebés no bautizados.
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Algunos señalan que las piernas tienen que quedar bien resguardadas, ocultas a la vista de cualquier curioso que ose acercarse a ellas, por lo que en el peor de los casos las propias brujas arrojaban sus piernas al fuego para quemarlas con leña verde y después poder recuperarlas a base de maleficios y pactos con el diablo.
Si al regreso de su jornada, las brujas no encontraban sus piernas, la muerte era inminente para ellas, ya que, según los relatos, ya no tienen como colarse entre la población común, hacer sus compras y hasta visitar a los familiares.
En otras comunidades se cree las brujas se transforman en guajolotes como parte de su metamorfosis, así con su forma de ave, logran despistar a los más menores.
En zonas de campo, pobladores cuentan que durante la noche, se pueden escuchar guajolotes monstruosos, cuyas pisadas se encuentran al día siguiente, pero se trataría más bien de las brujas que tienen la misión de cazar niños y llevárselos para “chuparlos“, advertencia que todos los menores habitantes de esos lugares conocen sin dudarlo
En la Ciudad, en alcaldías cercanas a la naturaleza con grandes montañas y cerros como lo son: Tlalpan, Xochimilco y Tláhuac, se pueden escuchar aún estas historias y leyendas.
En la recopilación de ‘Mitos y Leyendas de Tlalpan‘, edición Voces y Cultura, se menciona que en el pueblo de San Miguel y Santo Tomás Ajusco “las brujas se convierten en bolas de fuego que centellean en el cielo“.
Incluso actualmente habitantes de esas zonas, narran que se pueden ver esas bolas de fuego desde sus casas y que se aprecia como en las faldas de los montes las llamadas brujas “suben a bailar“.
Las brujas en México son personajes sobrenaturales importantes de la cultura de todos sus pobladores y son historias tradicionales que se deben de mantener a través de los años.
¿Sabias como eran las brujas en México o habías escuchado alguna historia parecida? Comparte y sigue contando estos cuentos y leyendas que forman parte del folklor único del país y abre bien los ojos, pues una bruja puede estar muy cerca de ti.