Lo que debía ser una jornada de juegos y celebración terminó en pánico y lesiones graves. Durante un festival escolar en la ciudad de Krugersdorp, un castillo inflable se elevó repentinamente por el aire con varios niños en su interior, luego de que una fuerte ráfaga de viento lo desprendiera del suelo.
El inflable, que no estaba debidamente anclado según testigos, se elevó más de 10 metros antes de caer violentamente. Dos menores resultaron gravemente heridos, con fracturas y contusiones, y fueron trasladados de urgencia a un hospital local. Aunque ya fueron dados de alta, se mantienen bajo atención médica y psicológica.
“Fue como una película de terror. Vimos el inflable flotar, y los niños gritar. No podíamos hacer nada”, relató una madre que presenció el momento.
El accidente reaviva la preocupación global sobre la falta de regulación y supervisión técnica en eventos escolares que incluyen juegos inflables. En varios países, estos dispositivos han causado tragedias cuando no se respetan protocolos básicos de seguridad, como el anclaje adecuado y la suspensión de uso ante vientos moderados.
Autoridades locales han iniciado una investigación para determinar si hubo negligencia por parte de los organizadores o de la empresa proveedora del inflable. Mientras tanto, las escuelas del distrito han recibido nuevas directrices para evitar que se repita un hecho similar.