Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se ha convertido en uno de los capos más buscados por las autoridades estadounidenses, por ser uno de los principales distribuidores de droga en el territorio americano.
De acuerdo con un comunicado del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, “El Ratón” está acusado de un cargo que alega desde abril de 2008 por conspiraron para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana desde México al territorio estadounidense.
Según la acusación formal emitida por el Tribunal del Distrito de los Estados Unidos, Ovidio Guzmán intentó traficar de manera ilegal cerca de cinco kilogramos o más de cocaína, 500 gramos de metanfetamina y mil kilogramos de marihuana.
Sin embargo, pese a que su arresto se produjo hace tres años, el ejército mexicano liberó al joven Guzmán debido a la ola de violencia que azotó el estado de Sinaloa, y desde entonces el gobierno de Estados Unidos ha buscado su detención y extradición durante años.
Luego de que Guzmán Loera fuera extraditado a los Estados Unidos en 2017, su hijo asumió un rol destacado en el Cártel de Sinaloa, convirtiéndose en un importante traficante de fentanilo, según un artículo del The Washington Post.
Posicionando a México como uno de los principales países después de China en ser proveedor de fentanilo a los Estados Unidos, despertando las alarmas por parte de las autoridades ante el incremento de muertes por sobredosis de drogas superando más de 100 mil en 2021, siendo una de las cifras más altas de la historia.
No obstante, su detención se da días antes de la visita del presidente Biden quien tiene previsto llegar el próximo lunes a la Ciudad de México, para reunirse con López Obrador en la Cumbre de los Lideres de América del Norte, en la que se espera que la crisis del fentanilo sea un tema importante