Por cada refresco de 355 mililitros consumido diariamente, la probabilidad de que un niño o niña desarrolle obesidad aumenta en un 60%.
Las luces, la música y la magia de las Caravanas Navideñas de Coca-Cola, que recorren 18 ciudades de México, están bajo escrutinio. El Poder del Consumidor ha presentado una denuncia sanitaria ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), alegando que estas campañas publicitarias violan la ley y representan un riesgo sanitario, especialmente para la población infantil.
El azúcar detrás del espectáculo
Según la organización, estas caravanas, que incluyen desfiles llenos de personajes navideños, música y decoraciones alusivas, no solo capturan la atención de niñas y niños, sino que también asocian elementos de la Navidad con el consumo de refrescos. Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, se refirió a ellas como “la caravana navideña de la diabetes” y criticó la participación de algunas autoridades locales en estos eventos.
“La apropiación de la Navidad y sus símbolos por parte de Coca-Cola alcanza su máxima expresión en México”, señaló Calvillo, denunciando que estas actividades publicitarias disfrazan el peligro del consumo de bebidas azucaradas con un envoltorio festivo.
Un problema de salud pública
El documento presentado por El Poder del Consumidor pone en evidencia las consecuencias del consumo excesivo de refrescos. Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), las bebidas azucaradas están relacionadas con aproximadamente 40,000 muertes anuales en México, principalmente por diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Además, cifras recientes indican que consumir una lata de refresco diaria incrementa en un 60% el riesgo de obesidad infantil. En adultos, ingerir entre una y dos porciones al día eleva en un 26% la probabilidad de desarrollar diabetes.
¿Una violación legal?
Gabriela Guzmán, asistente jurídica de El Poder del Consumidor, aseguró que las caravanas violan el artículo 24 bis del Reglamento a la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, que prohíbe utilizar personajes infantiles o elementos que atraigan a menores para promover productos con etiquetados de advertencia.
“La violación que está cometiendo Coca-Cola es a la luz pública”, denunció Guzmán, subrayando que el uso de figuras como Santa Claus y otros íconos navideños es una estrategia directa para apelar a los menores.
Un llamado a la acción
El Poder del Consumidor solicita a Cofepris que intervenga para detener estas caravanas y sancione a la compañía por lo que consideran una estrategia publicitaria que pone en riesgo la salud de la población mexicana. “Estas actividades no solo violan la ley, sino que refuerzan el impacto de una de las industrias más dañinas para la salud pública en nuestro país”, concluyó Calvillo.
Mientras tanto, las caravanas continúan iluminando las calles de México, planteando una incómoda pregunta: ¿es posible celebrar sin comprometer la salud de las futuras generaciones?