CHIHUAHUA, CHIH.
La violencia desbordada en Guadalupe y Calvo ha generado alarma entre los habitantes, quienes claman por la intervención de las fuerzas del orden ante la intensificación de enfrentamientos armados entre grupos delictivos.
En las últimas horas, videos y fotografías difundidos en redes sociales han mostrado escenarios de terror que afecta a diversas comunidades del municipio.
Los contenidos reflejan la magnitud del conflicto que mantiene a la población sumida en el miedo y en un estado constante de alerta.
Testimonios de los residentes revelan que el clima de inseguridad no da tregua. “Vivimos con el miedo de que algo nos pase, a nosotros o a nuestras familias”, expresó un habitante que, por temor a represalias, pidió permanecer en el anonimato.
A pesar de las declaraciones del fiscal general del estado, César Jáuregui, y del secretario de Seguridad Pública Estatal, Gilberto Loya, quienes han asegurado que se realizan esfuerzos para garantizar la seguridad en la región, los habitantes manifiestan desconfianza.
“Es mentira, aquí seguimos solos”, expresaron vecinos en redes sociales, denunciando la falta de presencia policiaca efectiva.
Los enfrentamientos han paralizado actividades en la zona y creado un ambiente de incertidumbre. Según los reportes, no solo se han registrado balaceras, sino también actos de vandalismo como la quema de vehículos y bloqueos en los caminos de acceso a varias comunidades.
La comunidad exige una respuesta inmediata y contundente de los tres órdenes de gobierno para frenar la ola de violencia que ha convertido al municipio en un escenario de guerra.
Mientras tanto, las comunidades de Guadalupe y Calvo permanecen atrapadas en el terror, esperando la llegada de las fuerzas del orden que pongan fin a la escalada criminal.
Habitantes de Gpe. y Calvo huyen a Sinaloa por enfrentamientos armados
La violencia desmedida en Guadalupe y Calvo ha forzado a decenas de familias a abandonar sus hogares y buscar refugio en el vecino estado de Sinaloa.
Los constantes enfrentamientos entre grupos criminales mantiene un clima de terror, obligando a los habitantes a huir ante el inminente riesgo de perder la vida.
La crisis de seguridad en la región serrana ha escalado a tal punto que comunidades enteras han quedado prácticamente vacías.
“Nos fuimos porque tenemos miedo de ser asesinados”, relató una madre de familia que ahora se refugia en una comunidad del estado de Sinaloa con sus hijos. Como ella, muchos temen regresar a sus hogares mientras persista la ola de violencia.
A pesar de los anuncios de las autoridades estatales y federales de garantizar la seguridad en la zona, los habitantes aseguran sentirse abandonados. “No vemos la presencia de policías ni del Ejército. Estamos solos”, lamentó un desplazado.
Las condiciones del desplazamiento son precarias. Familias completas han tenido que improvisar refugios, enfrentándose a la falta de recursos y apoyo humanitario. Organizaciones locales y algunos ciudadanos solidarios de Sinaloa han comenzado a movilizarse para brindar ayuda, pero la magnitud del problema requiere una intervención inmediata de las autoridades.
El éxodo de los habitantes de Guadalupe y Calvo es un reflejo de la creciente crisis de violencia en Chihuahua, donde la disputa entre grupos criminales sigue cobrando víctimas y dejando a miles de personas en situación de vulnerabilidad.
Mientras tanto, el llamado desesperado de estas familias sigue siendo el mismo: paz y seguridad para poder regresar a sus hogares.