El pasado domingo, el gobierno francés elevó al nivel máximo su alerta por amenaza terrorista después del atentado en un centro comercial a las afueras de Moscú
Militares de varios países integrarán el dispositivo de seguridad de los Juegos Olímpicos de París, indicó este jueves el Ministerio francés de Defensa, lo que vendrá a reforzar un dispositivo con grandes necesidades habida cuenta de las diferentes amenazas, en particular la terrorista.
Catalogados como un evento de alto riesgo terrorista, los Juegos Olímpicos de París comenzarán el 26 de julio con una inédita ceremonia de inauguración al aire libre, en pleno río Sena y ante unos 300 mil espectadores, que terminarán el 11 de agosto. Durante ese periodo, se calcula que la capital gala recibirá unos 15 millones de turistas, cerca de 40% del extranjero.
Una portavoz del Ministerio confirmó la información, revelada inicialmente por el gobierno polaco, que había indicado que sus Fuerzas Armadas formarán parte de la “coalición internacional” que va a constituir Francia de cara a los Juegos.
El ministro polaco de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, no precisó el número de efectivos que enviará su país, pero dio a conocer que habrá soldados y perros adiestrados.
El político polaco agregó que su principal objetivo será participar en “operaciones de detección de explosivos y de lucha contra el terrorismo”.
La presencia de policías de otros países en apoyo de los agentes franceses es una práctica relativamente corriente, sobre todo en periodos de fuerte afluencia de turistas, pero no así la de militares.
El pasado domingo, el gobierno francés elevó al nivel máximo su alerta por amenaza terrorista después del atentado en un centro comercial a las afueras de Moscú, reivindicado por el Estado Islámico, que dejó al menos 143 muertos y decenas de heridos.
Eso se traduce en más patrullas de vigilancia de las fuerzas del orden y, sobre todo, en que se ha puesto en alerta a cuatro mil militares que pueden ser movilizados en caso de necesidad junto a los tres mil que ya patrullan las calles en lugares susceptibles de ser objeto de atentados, como estaciones, aeropuertos, áreas comerciales y zonas con mucha afluencia de público.