Una paciente diabética sufrió la amputación de un dedo luego de un prolongado proceso de espera y una presunta falta de atención en el área de urgencias del Hospital Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Rocío del Pilar Dávila Rocha, quien sufrió una grave herida en la mano izquierda al manipular fuegos artificiales el pasado 15 de septiembre, no recibió el tratamiento necesario a tiempo, lo que derivó en una infección que requirió la amputación de uno de sus dedos.
El incidente ocurrió la noche del Grito de Independencia, alrededor de las 11:30 p.m., mientras Rocío, en compañía de su hijo, celebraba en su hogar. Al intentar encender un cohete, el artefacto explotó en su mano izquierda, provocando una lesión severa. Su hijo contactó de inmediato a un familiar, quien la trasladó al Hospital IMSS Morelos en busca de atención médica urgente.
A su llegada a urgencias, Rocío fue valorada por el médico de turno, quien detectó que su presión arterial estaba elevada, probablemente debido al susto y el dolor. Sin embargo, según el testimonio de su familiar, a pesar de que se le informó al doctor que Rocío era paciente diabética, no se le realizó ninguna prueba para medir sus niveles de glucosa, ni se tomó en cuenta su condición en el tratamiento inicial.
Tras varias horas de espera y múltiples consultas, el personal médico no realizó la limpieza adecuada de la herida, limitándose a proporcionar analgésicos y realizar un lavado superficial. No fue hasta las 2:00 a.m. que el familiar tuvo que insistir para que se le realizara un procedimiento más exhaustivo, recibiendo como respuesta que no contaban con los medios para monitorear sus niveles de glucosa. Además, se informó que el cirujano, quien debía valorar la gravedad de la herida, no llegaría hasta la mañana siguiente debido al feriado.
Pasaron más de 12 horas sin que Rocío recibiera la atención especializada necesaria, tiempo durante el cual su estado de salud se deterioró significativamente. A pesar de las insistencias de su familia, no fue hasta las 11:00 a.m. del día siguiente que se les informó que el cirujano no había acudido. Finalmente, al no recibir la atención adecuada, decidieron trasladarla al Hospital Ángeles de Periférico de la Juventud, donde el Dr. Burciaga informó que la herida ya presentaba una infección avanzada debido a la exposición prolongada a la pólvora, lo que, en una persona diabética, podía resultar en complicaciones graves. Ante esta situación, se tomó la decisión de amputar uno de los dedos afectados para evitar la propagación de la infección.
Dos días después, el 17 de septiembre, Rocío fue trasladada a la Clínica de la Mujer, donde el Dr. Ramos Luján se encuentra atendiendo los cuadros de hiperglucemia que sufrió como consecuencia del estrés y la falta de tratamiento oportuno en el IMSS. Además, se le ha practicado una cirugía para limpiar el área afectada y detener la propagación de la infección.
La familia de Rocío ha presentado una queja formal ante las autoridades competentes, denunciando la omisión y negligencia por parte del personal del Hospital Morelos. En su declaración, afirman que la falta de atención y el retraso en el tratamiento adecuado fueron los principales factores que desencadenaron la amputación, afectando de manera irreversible la salud de Rocío.