El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó recientemente a través de un comunicado oficial sobre el derrumbe de una de las pirámides más emblemáticas de México, dejando siglos de historia reducidos a escombros. Esta invaluable pieza del patrimonio cultural mexicano no pudo resistir las adversas condiciones meteorológicas que han azotado la región, lo que ha llevado a las autoridades a movilizar recursos para su restauración.
El INAH precisó que el colapso ocurrió la noche del 29 de julio de 2024 en uno de los basamentos piramidales de la Zona Arqueológica de Ihuatzio, Michoacán, a causa de las intensas lluvias que han afectado diversas partes del país en esta temporada. Este suceso representa una significativa pérdida para el legado precolombino de la región.
Según el informe, el derrumbe se debió a una combinación de dos factores. En primer lugar, las altas temperaturas registradas meses antes provocaron una sequía que generó grietas en las estructuras. Posteriormente, las lluvias constantes facilitaron la filtración de agua en las zonas debilitadas, lo que finalmente condujo al colapso de la pirámide.