En los ocho meses que van del año fiscal de Estados Unidos, entre octubre de 2021 y mayo de 2022, las detenciones de migrantes mexicanos que intentaron cruzar hacia la Unión Americana se dispararon 35.2%, al pasar de 414 mil 345, del 1 de octubre de 2020 a mayo de 2021, a 560 mil 579 en el lapso referido.
De acuerdo con cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), desde 2021 a lo que va de este año, los migrantes mexicanos lideran las cifras de arrestos, superando a los países del Triángulo del Norte, formado por El Salvador, Honduras y Guatemala.
La tendencia de mexicanos arrestados por tratar de cruzar la frontera hacia EU ha ido en aumento durante los últimos cuatro años: en 2019 fueron 237 mil 78; 2020, 297 mil 711; 2021, 655 mil 594, y en 2022, 560 mil 579.
En los últimos ocho meses, la CBP reporta que 19 mil 463 menores de edad solos trataron de llegar a suelo estadounidense.
Consultados al respecto, especialistas en temas migratorios exponen que la falta de empleo en México y la crisis de inseguridad son detonantes para que un mayor número de personas busque alcanzar el sueño americano, a la vez que urgen a implementar estrategias en el país para evitar que sigan creciendo los números de la migración.
El exembajador de Estados Unidos en México, Earl Anthony Wayne, señala que lo ocurrido el lunes en San Antonio, Texas, donde murieron 51 migrantes al ser abandonados dentro de un tráiler, “es un recordatorio de que EU y México deben mejorar el seguimiento de quién [y qué] cruza su frontera común. Hace tiempo que necesitamos invertir más en tecnología e instalaciones para detectar los flujos fronterizos”.
Añade que hace falta desplegar esa tecnología en ambas direcciones de la frontera, además de mejorar la capacitación de los elementos que participan en la contención de los flujos.
“Tanto Estados Unidos como México pueden hacer mucho para mejorar la situación, invirtiendo más presupuesto de forma inteligente”, destaca.
Sostiene que se requieren más programas que ayuden a proteger a los migrantes en sus propios países y mientras se desplazan, así como ofrecer más oportunidades de trabajo a corto plazo.
“Muchos migrantes corren un grave peligro, como pone de manifiesto este horrible incidente. La declaración sobre migración de la Cumbre de las Américas de Los Ángeles señala la necesidad de un trabajo mucho más cooperativo y urgente por parte de muchos países y organizaciones internacionales”, advierte.
Excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén López, dice que el caso en Texas refleja el importante crecimiento de la migración mexicana a EU.
“Desde mayo y junio de 2020 empezamos nuevamente a buscar alternativas económicas en Estados Unidos, incluso de refugio. Y el número ha ido como una línea que sube progresivamente. En estos momentos, somos el país que tiene más personas en condiciones irregulares arribando a la frontera con Estados Unidos”, indica.
Precisa que 2022 cerrará con la cifra de detenciones de migrantes mexicanos más alta de los últimos años, pues, “no existe ningún indicador que justifique un panorama optimista”.
Asegura que a finales de 2017, el número de detenciones de mexicanos por la Patrulla Fronteriza no llegaba a 20 mil mensuales. “Pero ahora, podemos pasar los 80 mil. Son cuatro veces más las personas en movimiento”, subraya.
Dice que programas para generar empleo, como Sembrando Vida, están desconectados de la problemática migratoria. “Es como tener una persona enferma de un padecimiento cardiovascular y le quieren dar medicina para controlar la fiebre. Son dos asuntos que no están conectados. Estamos ante un problema de disociación”.
Añade que esa estrategia gubernamental para efectos de migración y de refugio, “no tiene nada que ver. Son conexiones ilusas las que se hacen alrededor de esos programas. La migración está creciendo por la violencia, por el despojo de bienes de las personas y por la necesidad de proteger la vida. Cuando se combatan esos dos factores: la falta de crecimiento económico y la inseguridad, estaremos viendo otras cifras. Con becas no se resuelve”.
Profesor investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Roberto Zepeda Martínez apunta que al inicio de este sexenio se percibieron señales para cambiar la política del país, pero “al final tuvo que colaborar con Estados Unidos para contener los flujos migratorios. Los países de Centroamérica, México y Estados Unidos deben diseñar estrategias para disminuir los factores que obligan a los migrantes a dejar sus naciones de origen”.
EL UNIVERSAL