Donald Trump trae consigo un abanico de amenazas que el ahora como presidente podría materializar. Trump, conocido por su postura crítica hacia México, ha dejado claro que su política hacia el país se basará en una serie de medidas coercitivas, desde deportaciones masivas hasta la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La revisión programada del T-MEC en 2026 podría brindarle la oportunidad perfecta para rediseñar los términos del acuerdo en favor de sus políticas.
Durante su campaña, Trump ha reiterado sus amenazas: imponer aranceles a México, desplegar tropas en la frontera para combatir a los cárteles, deportar a millones de migrantes indocumentados y, en un escenario extremo, renegociar el T-MEC. Aunque el gobierno de México mantiene una postura prudente, confiando en una relación basada en el respeto mutuo, las experiencias pasadas han demostrado que Trump no duda en presionar a México cuando le resulta conveniente. Como advirtió la exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, Trump no es el único que ve a México de esta manera; gran parte del Partido Republicano considera ahora al país como una amenaza, más que como un socio.
Migración y Deportaciones: La Amenaza Latente
Una de las propuestas de Trump más comentadas es la de implementar un programa de deportación masiva, que podría iniciar con un millón de personas, según sus palabras. Si bien hay cerca de 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, realizar una operación de esta magnitud presenta numerosos desafíos logísticos y económicos. Desde la construcción de más centros de detención hasta el incremento de personal y jueces migratorios, el costo de llevar a cabo estas deportaciones sería considerable. Además, el sistema legal estadounidense otorga a los migrantes ciertos derechos, como el debido proceso, lo que complica aún más una expulsión masiva de tal envergadura.
No obstante, Trump ya demostró su disposición a ejercer presión sobre México en el pasado para que acepte a deportados mediante amenazas de aranceles. La política de “Quédate en México” implementada durante su administración anterior es un claro ejemplo de cómo podría forzar a México a absorber el flujo de migrantes en lugar de permitir su entrada a Estados Unidos.
Combate al Narcotráfico: Presión para Actuar
Trump también ha manifestado su intención de intensificar el combate contra los cárteles mexicanos, incluso mencionando la posibilidad de bombardear sus instalaciones. Aunque una intervención militar directa es improbable debido a las implicaciones diplomáticas y de seguridad, otras estrategias más viables incluyen la confiscación de bienes de los narcotraficantes en territorio estadounidense y una presión más fuerte sobre México para la captura y extradición de líderes del crimen organizado.
La Revisión del T-MEC en 2026: Una Oportunidad para Trump
Quizás el escenario más factible de sus amenazas sea el intento de modificar o renegociar el T-MEC en 2026, cuando está programada su revisión. Con un Senado mayoritariamente republicano y, posiblemente, una Cámara Baja alineada, Trump tendría una plataforma sólida para exigir cambios que favorezcan los intereses estadounidenses. Esta revisión también se podría usar como un instrumento para controlar la relación económica entre México y China, dado que Trump ya ha declarado su intención de evitar que China opere en su “vecindario” en detrimento de las empresas estadounidenses. Esto podría significar una presión constante sobre México para que limite o regule sus relaciones comerciales con el gigante asiático.
Un Futuro de Presión y Desafíos Diplomáticos
Si bien algunas de las amenazas de Trump pueden parecer extremas o difíciles de concretar, la realidad es que muchas de ellas —como la revisión del T-MEC y la presión migratoria— son posibles y, de hecho, ya tienen precedentes en su administración anterior. México podría verse ante una serie de desafíos significativos en los próximos años, especialmente si Trump vuelve al poder en 2024 y aprovecha la revisión del T-MEC en 2026 como una herramienta para reforzar su política nacionalista y sus demandas sobre México.
El gobierno mexicano tendrá que prepararse para una relación potencialmente tensa y llena de presiones comerciales, migratorias y de seguridad, que podría redefinir los términos de cooperación entre ambos países.