La economía mexicana registró la segunda caída postpandemia en el cuarto trimestre del año 2021, al completar una disminución de 0.1% en términos reales y con cifras ajustadas por estacionalidad respecto del cuarto previo, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su estimación oportuna.
En el cuarto previo, de julio a septiembre, la economía también arrojó una primera caída de 0.4 por ciento.
Economistas de banco Invex, Credit Suisse y la consultoría Moody´s Analytics, han explicado que el registro de dos trimestres consecutivos en contracción cumple con la definición internacional de una recesión técnica.
Sin embargo, solo existe un órgano facultado de forma oficial en México para definir los ciclos económicos, como en este caso sería una recesión, y es el Comité de Fechado de Ciclos Económicos que cumple un año de existencia el 3 de febrero y hasta ahora no ha hecho ningún pronunciamiento oficial.
La estimación oportuna del Inegi muestra una caída trimestral menos pronunciada de la que previó el consenso del mercado, que estaba en 0.3% según la media de los pronósticos de 11 analistas encuestados por Reuters.
Para todo el año 2021, el Inegi estima que el PIB de México consiguió un crecimiento de 5%, que contrasta con la proyección oficial de la Secretaría de Hacienda, que estaba en 6.3% anual. En ambos casos, la tasa positiva resulta insuficiente para compensar el desplome del 8.2% observado en 2020, durante el año de la pandemia, que de por sí sucedió a la contracción de 0.2% observada por el PIB de 2019.
De acuerdo con la Directora de Análisis Económico de Banco Base, Gabriela Siller, se trata de una recuperación económica en forma de “W” asimétrica que muestra un estancamiento del desempeño productivo en un contexto de alta inflación, lo que se conoce como estanflación moderada.
La funcionaria destaca que México no vivía una estanflación desde el año 87, cuando la inflación estaba en 97 por ciento.
Frágil recuperación
De confirmarse esta información preliminar por el mismo Inegi en el dato final del Producto Interno Bruto (PIB), que se conocerá el 25 de febrero, la foto trimestral del PIB durante el año pasado quedaría de la siguiente forma:
Un desempeño negativo de 0.1% entre octubre y diciembre respecto del cuarto previo que confirma una tendencia a la baja iniciada en el tercer trimestre, cuando la economía registró una contracción de 0.4 por ciento.
El desempeño recesivo del segundo semestre del año interrumpió la recuperación del primer y segundo trimestre, cuando la economía consiguió avances del 0.8% y 1.5% respectivamente.
Tal como lo explicaron economistas del fondo de inversión Vanguard y del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) la recuperación fue perdiendo fuerza, evidenciando la ausencia de un estímulo interno en la economía, y el impacto que sí tuvo en cambio el sólido incentivo fiscal que otorgó Estados Unidos a sus habitantes y que fue derramado también en México en forma de remesas y demanda de exportaciones.
Desde la perspectiva del economista en jefe para América Latina de Oxford Economics, Marcos Casarin, “la fragilidad” de la recuperacion mexicana fue resultado del modesto apoyo fiscal otorgado por las autoridades en los meses del confinamiento inédito que se presentó para retrasar el contagio por la pandemia.
Servicios en contracción desde agosto
En el detalle de la información, el Inegi dio cuenta de una segunda contracción trimestral consecutiva en los sectores agrupados en las actividades terciarias. Así, los servicios y comercio que forman parte de este segmento, registraron una baja de 0.7% entre octubre y diciembre respecto del trimestre previo, cuando estas mismas actividades mostraron una primera contracción de 0.3 por ciento.
Los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México advirtieron en la última reunión monetaria del año pasado que la contracción de los servicios reflejaba parcialmente el impacto de la nueva regulación para la subcontratación laboral.
En el comparativo anual y con series también ajustadas por estacionalidad, las actividades terciarias registraron un crecimiento de 0.1 por ciento.
Industria en tendencia a la baja
De acuerdo con la información del Inegi, las actividades secundarias, donde se encuentran la industria y actividades de manufactura, registraron un avance de 0.4% respecto del trimestre previo.
El desempeño de estas actividades se ha mantenido oscilando entre el 0.5% trimestral que observó entre enero y marzo; el 0.3% observado en el segundo y tercer trimestre y el 0.4% del último tramo del año.
De acuerdo con la estimación oportuna del Inegi, las actividades secundarias que corresponden a la industria observaron un crecimiento anual de 6.8%, un rebote aritmético que resulta positivo ante la baja base de comparación del año previo.
TOMADA DE EL ECONOMISTA