Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, fue deportado a México tras cumplir una condena de 25 años en Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero. A sus 57 años, el capo fue entregado a las autoridades mexicanas en el puerto fronterizo de San Diego, sin que hasta ahora se haya confirmado si será detenido y juzgado por otros delitos pendientes en su país.
El director de la Oficina de Ejecución y Remoción de Chicago (ERO, por sus siglas en inglés), Samuel Olson, destacó la importancia de esta deportación: “La exitosa deportación de Osiel Cárdenas subraya nuestro compromiso con la seguridad pública y la justicia”.
Cárdenas Guillén, buscado en México por homicidio y posesión ilegal de armas de fuego, purgó su última etapa de condena en la prisión de máxima seguridad USP Terre Haute, en Indiana, a donde llegó en 2020. Antes estuvo recluido en la instalación penitenciaria ADX Florence, en Colorado, conocida por albergar a Joaquín “El Chapo” Guzmán, antiguo líder del Cártel de Sinaloa.
El legado de Cárdenas Guillén y la transformación del crimen organizado
Durante su liderazgo, Osiel Cárdenas transformó al Cártel del Golfo al conformar una fuerza paramilitar con exmilitares de élite: Los Zetas. Este grupo no solo fortaleció al cártel, sino que más tarde se independizó, imponiendo una brutalidad nunca antes vista y expandiendo sus operaciones criminales hacia secuestros, extorsiones y cobros de piso.
Guadalupe Correa, experta en narcotráfico y académica de George Mason University, explicó que “Osiel Cárdenas abrió la puerta a la militarización del crimen organizado y un modelo de diversificación delictiva que persiste hasta hoy”.
El Cártel del Golfo, fundado en la década de 1930, perdió fuerza tras el arresto de Cárdenas en 2003 y su extradición a EE.UU. en 2007. Desde entonces, tanto este grupo como Los Zetas se han fragmentado en células más pequeñas, disputándose el control del territorio en Tamaulipas y otras regiones del noreste de México.
Un presente violento en Tamaulipas
La caída de Cárdenas Guillén no frenó la violencia en Tamaulipas, donde enfrentamientos entre cárteles y ataques a civiles son constantes. Casos como el secuestro y asesinato de dos turistas estadounidenses en Matamoros en 2023 reflejan la inseguridad en la zona.
Por su parte, la DEA señala que cárteles como el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) han emulado tanto la brutalidad de Los Zetas como su modelo de negocios ilícitos, intensificando la violencia en todo México.
Un regreso incierto
La deportación de Cárdenas Guillén llega en un contexto donde los remanentes de su cártel continúan activos pero debilitados. Mientras tanto, el gobierno mexicano enfrenta la presión de esclarecer si procederá legalmente en su contra o si quedará en libertad tras su retorno.