Una campaña de ciencia ciudadana ha podido comprobar que la reducción de estrellas visibles viene de la mano de un aumento anual del 9,6% del brillo del cielo nocturno. Todo a causa de la contaminación lumínica de un mundo que cada vez respeta menos la oscuridad natural que lo baña de noche.
No se trata solo de ver las estrellas
A pesar de lo mucho que nos guste mirar las estrellas, el cielo nocturno no solo es cuestión de belleza para nuestros ojos, sino que también es un factor crucial para la vida en la Tierra que evolucionó con días soleados y noches oscuras, iluminadas solo por la luz suave de las estrellas y la luna. Las noches actualmente no solo son menos oscuras sino que brillan con el resplandor de la luz antropogénica que contamina la atmósfera y confunde a los animales y las plantas.
Una encuesta diferente
Es difícil medir con precisión el resplandor del cielo causado por el hombre porque los satélites que registran la radiación a nivel mundial son insensibles a las longitudes de onda de la luz emitida por los modernos dispositivos de iluminación LED.
Para cuantificar los cambios en el brillo del cielo nocturno en los últimos 10 años, el físico Christopher Kyba de Deutsches GeoForschungsZentrum, Potsdam, y sus colegas del Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica e Infrarroja en Tucson, Arizona, decidieron adoptar un enfoque diferente. Este enfoque utilizó el sistema visual humano como un sensor directo y produjo una estimación de la magnitud límite a simple vista (NELM), el tamaño visual aparente de la estrella más débil que se puede ver.
Con base en las observaciones de más de 50.000 científicos ciudadanos de todo el mundo que compararon su visión de las estrellas con mapas de cielos estrellados que mostraban diferentes niveles de contaminación lumínica, descubrieron que el cielo nocturno se ha iluminado aproximadamente de 7 a 10 por ciento cada año, de 2011 a 2022. Para ser más concretos, significa que en menos de ocho años se duplicará el brillo en el cielo (o que se cuadruplicará en menos de 20 años). En unos años ya no seremos capaces de ver estrellas a simple vista.
Una campaña de ciencia ciudadana ha podido comprobar que la reducción de estrellas visibles viene de la mano de un aumento anual del 9,6% del brillo del cielo nocturno. Todo a causa de la contaminación lumínica de un mundo que cada vez respeta menos la oscuridad natural que lo baña de noche.
No se trata solo de ver las estrellas
A pesar de lo mucho que nos guste mirar las estrellas, el cielo nocturno no solo es cuestión de belleza para nuestros ojos, sino que también es un factor crucial para la vida en la Tierra que evolucionó con días soleados y noches oscuras, iluminadas solo por la luz suave de las estrellas y la luna. Las noches actualmente no solo son menos oscuras sino que brillan con el resplandor de la luz antropogénica que contamina la atmósfera y confunde a los animales y las plantas.
Una encuesta diferente
Es difícil medir con precisión el resplandor del cielo causado por el hombre porque los satélites que registran la radiación a nivel mundial son insensibles a las longitudes de onda de la luz emitida por los modernos dispositivos de iluminación LED.
Para cuantificar los cambios en el brillo del cielo nocturno en los últimos 10 años, el físico Christopher Kyba de Deutsches GeoForschungsZentrum, Potsdam, y sus colegas del Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica e Infrarroja en Tucson, Arizona, decidieron adoptar un enfoque diferente. Este enfoque utilizó el sistema visual humano como un sensor directo y produjo una estimación de la magnitud límite a simple vista (NELM), el tamaño visual aparente de la estrella más débil que se puede ver.
Con base en las observaciones de más de 50.000 científicos ciudadanos de todo el mundo que compararon su visión de las estrellas con mapas de cielos estrellados que mostraban diferentes niveles de contaminación lumínica, descubrieron que el cielo nocturno se ha iluminado aproximadamente de 7 a 10 por ciento cada año, de 2011 a 2022. Para ser más concretos, significa que en menos de ocho años se duplicará el brillo en el cielo (o que se cuadruplicará en menos de 20 años). En unos años ya no seremos capaces de ver estrellas a simple vista.
Cielo brillante = menos estrellas
Cielo brillante = menos estrellas
iStock
Sin género de dudas
El nuevo estudio concluyó que el cielo nocturno se está volviendo más brillante a un ritmo asombroso en todo el mundo y mucho más rápido de lo que habían indicado previamente los satélites. Las estrellas están perdiendo el pulso con la luz artificial que ilumina el cielo nocturno.
Para empeorar las cosas, miles de satélites lanzados a la órbita terrestre baja en los últimos años también oscurecen la capacidad de los astrónomos para estudiar el cosmos. Además de sus consecuencias ambientales, el brillo del cielo limita la observación humana de los cielos estrellados y la Vía Láctea, y ha cambiado la apariencia de los cielos nocturnos en regiones habitadas de todo el mundo.
Los investigadores temen que el problema del aumento del brillo del cielo sea aún mayor en los países en desarrollo, donde los observadores son pocos y distantes entre sí, pues el estudio está sesgado hacia los observadores en Europa y América del Norte y la mayoría de los datos provienen de zonas urbanas habitadas.
“La visibilidad de las estrellas se está deteriorando rápidamente, a pesar de (o quizás debido a) la introducción de los LED en las aplicaciones de iluminación exterior”, escribieron los investigadores. “Las políticas de iluminación existentes no están evitando aumentos en el brillo del cielo, al menos a escala continental y global. La pérdida de la noche estrellada es una pérdida sin precedentes para todas las culturas”.