El mundo supera el millón de muertes por Covid-19

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La pandemia de covid-19, originada a finales de 2019 en China y que se expandió por todo el mundo, superó este lunes el umbral del millón de muertes, según un recuento de la AFP establecido a partir de fuentes oficiales.

En total, se confirmaron oficialmente 1.000.009 decesos en el mundo, de un total de 33.018.877 casos detectados, mientras que 22.640.048 personas sanaron, según las autoridades.

Las drásticas medidas adoptadas por muchos países no han logrado por el momento frenar la pandemia, que está provocando desastrosas consecuencias económicas y ha atizado las divisiones políticas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el viernes que las muertes por covid-19 podrían duplicarse y alcanzar los dos millones si no se mantienen medidas para evitar la propagación del virus.

Las regiones más afectadas en número de decesos son América Latina y el Caribe (341.032 decesos, de 9.190.683 casos), Europa (229.945; 5.273.943) y Estados Unidos y Canadá (214.031; 7.258.663).

“Ni en mis peores pesadillas”

El mundo tiene grabadas en sus retinas las imágenes de fosas comunes en Brasil, una morgue improvisada en el Palacio de Hielo de Madrid y camiones frigoríficos con cadáveres en las calles de Nueva York.

Foto: AFP

Más allá de la frialdad de las cifras, la consecuencia más devastadora es el vacío dejado por quienes murieron, ya que muchos duelos tuvieron que hacerse sin que los familiares pudiesen acompañar a la víctima en el tramo final de la enfermedad, o siquiera despedirse de ella una vez muerta, a raíz de las medidas sanitarias.

“Ni en mis peores pesadillas me imaginé que me iba a pasar esto”, dice Mónica, de 45 años, cuando recuerda que tuvo que certificar con su firma que el cuerpo que estaba por cremarse era el de su padre, Oscar Farías, que sucumbió en Buenos Aires el 27 de abril a los 81 años, sin haber visto siquiera el ataúd.

El 11 de enero China registró oficialmente el primer muerto por el Sars-CoV-2, virus responsable de la covid-19, que se propagó en un principio rápidamente en la provincia de Wuhan, donde fue detectado en diciembre.

En un mes, China registró más de 1.000 muertos, un balance más grave que el que dejó el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que circuló en Asia en 2002-2003 y fue fatal para 774 personas.

A partir de febrero, el virus comenzó a provocar muertes fuera de China y su aceleración fue exponencial, primero en Europa, que ve llegar ahora una segunda ola, y luego en el continente americano, donde las cifras de casos y decesos se mantienen altas desde junio.

La respuesta gubernamental fue drástica en la inmensa mayoría de los casos. A mediados de abril, cerca del 60% de la población mundial, unos 4.500 millones de personas, llegó a verse afectada por algún tipo de confinamiento.

Las consecuencias económicas de este encierro, inédito en la historia, llegaron a todos los rincones del planeta.

Comercios cerrados, calles desiertas, aeropuertos vacíos, penuria de abastecimiento en mercados: el mundo no había vivido algo parecido.

En junio, el Fondo Monetario Internacional calculaba que el PIB iba a contraerse un 4,9% en 2020.

En un año, el sector aéreo ha perdido el 92% de su volumen de vuelos.

Los grandes eventos deportivos fueron interrumpidos, y los Juegos Olímpicos de Tokio aplazados hasta 2021, sin tener la certeza absoluta de que se puedan celebrar.

Carrera por una vacuna

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ahora teme que la pandemia provoque dos millones de muertes si el mundo no se moviliza con firmeza, y aumenta los llamados de una repartición equitativa de futuras vacunas.

La carrera de las vacunas ya comenzó y cada país quiere asegurarse que su población pueda disponer de dosis suficientes. Estados Unidos, Europa y Japón ya han reservado más de la mitad de las dosis que estarían disponibles en un comienzo.

En la Asamblea General anual de la ONU, América Latina y Australia reclamaron un acceso gratuito a futuras vacunas.

India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, prometió el sábado a través de su primer ministro, Narendra Modi, utilizar sus recursos en la lucha contra la pandemia “en ayuda de toda la humanidad”.