El estado de salud del Papa Francisco sigue siendo preocupante, según los médicos del hospital Gemelli de Roma, a pesar de algunas señales de mejoría. El pontífice, de 88 años, lleva ocho días hospitalizado debido a una neumonía bilateral, una grave infección pulmonar que dificulta su respiración y puede dejar secuelas.
El doctor Sergio Alfieri, especialista del hospital, advirtió en rueda de prensa que “el Papa no está fuera de peligro” debido a la complejidad de su cuadro clínico, el cual involucra una infección polimicrobiológica y su avanzada edad, factores que complican su recuperación. Sin embargo, en días recientes, el Vaticano había informado que Francisco mostraba una leve mejoría, realizaba algunos trámites y se mantenía activo en la medida de lo posible.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó el viernes que el pontífice había dormido bien y había podido desayunar. Además, una fuente anónima del Vaticano aseguró que Francisco está respirando sin ayuda de dispositivos y puede moverse dentro de su habitación.
El jueves, el Vaticano comunicó que la salud del Papa había mejorado ligeramente por segundo día consecutivo y que sus parámetros hemodinámicos, indicadores clave del funcionamiento circulatorio, permanecían estables. A pesar de esto, los médicos insisten en que su recuperación aún no está garantizada, por lo que continúa bajo estricta vigilancia médica.