El sector patronal y el gobierno mexicano acordaron este miércoles que el salario mínimo en el país a partir de 2022 será de 172.87 pesos y de 260.34 para las regiones fronterizas del norte. Estas cifras representan un aumento de 22% respecto al de este año.
Con este incremento, el salario mínimo está cerca de duplicarse en lo que va del actual gobierno, pues en 2018 se ubicaba en 88.36 pesos diarios.
“El salario mínimo general de la Zona Libre de la Frontera Norte llegará a cubrir el 112% de la Línea de Bienestar Familiar y el salario mínimo general del Resto del País llegará a cubrir el 74% de la misma”, informó el Consejo Coordinador Empresarial en un comunicado.
“Es una prioridad para el sector privado brindar soluciones a los retos que enfrenta nuestro país, de cara a la reactivación económica después de la pandemia del Covid-19, que tanto ha afectado la economía de las familias mexicanas”, agregó el CCE.
Economistas consultados por Expansión coincidieron que la economía debe elevar su productividad y tener una baja inflación para que la población sienta los beneficios de la recuperación salarial.
Marcelo Delajara, director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), comentó que el aumento al salario mínimo observado en la actual administración han servido para acercarse a la mediana de ingresos.
“El salario mínimo estaba muy rezagado en México, no existía como herramienta de política social que es en muchos países del mundo como se mantienen los ingresos en un piso mínimo, ese piso estaba muy por debajo de lo que incluso estaba en otros países de América Latina”, agregó.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco BASE, dijo que uno de los factores en contra del incremento en el salario es que genera presiones hacia arriba en los costos para las empresas y no necesariamente viene acompañado de una mayor productividad, por lo que tienden a reducirse los márgenes y la contratación.
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) ha emprendido desde el año pasado una campaña para dimensionar los efectos sobre el alza en los salarios mínimos.
Mayores salarios reducen la rotación de personal y, por ende, las empresas ganan menos en capacitación y aumentan su productividad, destaca en su página de internet.
“En 2019, luego del aumento salarial de 6.2%, la inflación fue de 2.9% y, con el aumento de 20% para 2020, el índice de precios al consumidor aumentó 2.8% y el de la canasta básica, hasta noviembre del año pasado, fue de 2.7%”, agrega.
Luis F. Munguía, presidente de la Conasami, dijo que con el aumento del 2022, un trabajador que gana el salario mínimo puede comprar las canastas alimentaria y no alimentaria de Coneval en el ámbito urbana y el 51% para un dependiente económico. Hogares con dos personas trabajadoras y un hijo, ya pueden cubrir sus necesidades básicas.