El 21 de marzo no solo marca la llegada de la primavera, sino que también se ha convertido en una fecha especial en la que regalar flores amarillas se ha vuelto una costumbre con un profundo simbolismo. Aunque esta práctica no tiene un origen histórico oficial, su popularidad ha crecido gracias a la música, las redes sociales y su mensaje de amor, amistad y felicidad.
El origen de la tradición
El gesto de obsequiar flores amarillas se popularizó principalmente por la telenovela argentina Floricienta, cuyo tema musical hace referencia a este detalle como símbolo de amor y sueños compartidos. A partir de ahí, la tradición se viralizó en redes sociales, convirtiéndose en una manera especial de expresar sentimientos cada 21 de marzo.
Aunque en algunos países como Argentina, Chile, Bolivia y Uruguay esta costumbre se celebra en septiembre, en México y otras regiones la fecha más representativa es el equinoccio de primavera, un momento que simboliza renovación y nuevos comienzos.
¿Qué representan las flores amarillas?
Más allá de la influencia de la televisión y las redes sociales, las flores amarillas han sido asociadas con distintos significados a lo largo del tiempo:
- Amor y compromiso: En el contexto romántico, regalar flores amarillas representa el deseo de compartir una vida juntos, una promesa de amor y felicidad futura.
- Amistad y alegría: El amarillo es un color que simboliza la felicidad y la calidez, por lo que este gesto también es una manera de celebrar la amistad y los momentos especiales con seres queridos.
- Optimismo y esperanza: Muchas personas eligen regalarse flores amarillas a sí mismas como una forma de recordarse la importancia de la gratitud y la alegría de vivir.
Independientemente de la razón, regalar flores amarillas el 21 de marzo se ha convertido en una tradición que transmite emociones positivas y refuerza los lazos entre las personas.