Una nueva investigación periodística del The New York Times ha revelado que Elon Musk, el multimillonario fundador de Tesla y SpaceX, habría consumido drogas como ketamina, éxtasis y hongos psicodélicos durante su paso por la administración de Donald Trump, lo que plantea serias dudas sobre su comportamiento y capacidad de juicio mientras ocupaba un cargo oficial.
El informe, basado en fuentes cercanas al empresario y en documentos filtrados, sostiene que Musk habría ingerido ketamina de forma casi diaria, al tiempo que combinaba su uso con otras sustancias como Adderall. El consumo excesivo de ketamina, según el reporte, le provocó daños en la vejiga, un efecto documentado entre usuarios crónicos de esta droga disociativa.
Durante 130 días, Musk fue designado como titular del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina impulsada por Trump para promover la automatización y la reducción de burocracia en la administración pública. Aunque su rol fue más simbólico que ejecutivo, su presencia generó revuelo mediático y político, tanto por su cercanía con el presidente como por su historial de declaraciones polémicas en redes sociales.
La filtración también describe cómo Musk cargaba con una caja que contenía al menos 20 pastillas, algunas identificadas como Adderall —un estimulante recetado para el TDAH—, lo que alimenta las sospechas de un patrón de uso combinado de drogas recreativas y farmacológicas.
Estas revelaciones coinciden con su reciente renuncia al cargo gubernamental, anunciada este mismo 30 de mayo. En una breve declaración publicada en su cuenta de X (antes Twitter), Musk expresó su decepción con el paquete fiscal propuesto por Trump y declaró: “La burocracia es más fuerte que el sentido común”.
Si bien Musk ha reconocido públicamente el uso ocasional de ketamina como tratamiento para la depresión, estas nuevas acusaciones apuntan a un consumo habitual y sin supervisión médica. De confirmarse, este patrón podría tener implicaciones legales y éticas significativas, especialmente considerando su participación en asuntos de gobierno.
Hasta el cierre de esta edición, ni Elon Musk ni representantes de Tesla, SpaceX o la administración Trump han emitido comentarios oficiales sobre el contenido del reportaje.
La noticia ha generado reacciones encontradas: mientras algunos seguidores lo defienden como víctima de una campaña de desprestigio, otros piden una investigación formal sobre su conducta durante su paso por el gobierno.