La legisladora Eva Reyes González, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el Congreso de Tamaulipas, desató polémica este martes al afirmar que la presencia de fosas clandestinas en la entidad es algo “casi, casi natural” dentro de las prácticas de los grupos criminales.
En entrevista con medios locales, Reyes justificó la crisis de desapariciones en Tamaulipas señalando su posición geográfica: “Somos una frontera, somos el tráfico obligado de personas, de drogas, de armas. Tenemos un tráfico obligado en ese contexto, por lo tanto, el crimen organizado viene en sus diferentes contextos o en sus diferentes cárteles, son prácticas que utilizan no solamente aquí”, declaró.
Sus declaraciones llegan tras el hallazgo de un presunto “centro de exterminio” en Reynosa por el colectivo Amor por los desaparecidos en Tamaulipas, donde se encontraron 14 montículos de restos óseos calcinados. Sin embargo, el gobierno estatal desestimó el descubrimiento, argumentando que el lugar correspondía a un crematorio de funeraria, una versión rechazada por los buscadores, quienes señalaron que las autoridades inspeccionaron un sitio diferente al denunciado.
Reyes González insistió en que el problema no es exclusivo de Tamaulipas y mencionó que en estados como Michoacán, Sinaloa, Veracruz, Estado de México, Sonora y Jalisco también se han encontrado fosas clandestinas. “Los colectivos de búsqueda no son un tema único de México, han aumentado en todo el mundo”, afirmó.
La diputada también restó importancia a la negativa del gobierno estatal de reconocer los hallazgos: “Lo más grave es entender que si ya se cometió o no una indiscreción donde no estamos todos de acuerdo, no están los colectivos de acuerdo, yo creo que es importante poder recapitularizar para el bien de todos”.
Finalmente, señaló que aún falta implementar reglamentos conforme a la Ley General de Víctimas y destacó la necesidad de impartir cursos de tanatología para familiares de desaparecidos. No obstante, sus declaraciones han sido vistas como un intento de normalizar una tragedia que, para miles de familias, sigue siendo una herida abierta.