La visita organizada por autoridades estatales y federales al Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, desató una ola de indignación luego de que influencers y periodistas afines al oficialismo ingresaran al sitio antes que los colectivos de búsqueda.
El rancho, descubierto el pasado 5 de marzo por madres buscadoras, ha sido señalado como un posible centro de exterminio del crimen organizado. La magnitud de prendas halladas, los testimonios de sobrevivientes y las irregularidades que permitieron su operación han convertido el caso en un tema de relevancia nacional e internacional.
Un recorrido polémico
Entre los influencers que fueron autorizados a ingresar primero se encontraban Jorge Manuel Suárez Azcargota, Juncal Solano, Manuel Pedrero, Polo Puga y Hans Salazar, así como cuentas afines a la 4T como La Catrina Norteña y Revista Polemón.
Su presencia, ampliamente difundida en redes sociales, fue calificada como una estrategia para controlar la narrativa mediática, lo que generó indignación entre activistas, periodistas y familiares de desaparecidos.
Usuarios en redes sociales denunciaron que mientras los influencers recorrían el rancho, las madres y padres buscadores esperaban bajo el sol y, cuando finalmente ingresaron, se les limitó a estancias de apenas 20 minutos.
El periodista Óscar Balderas escribió en X: “Hasta para eso son inútiles y revictimizantes: los organizadores de la visita permitieron primero la entrada a influencers y periodistas y luego a los padres y madres buscadoras”.
Por su parte, la periodista Laura Sánchez Ley criticó: “Es increíble la falta de respeto y sensibilidad. Columnistas e influencers posando y tomándose fotos en un sitio de horror en Teuchitlán”.
Denuncias de manipulación y montaje
Los colectivos de búsqueda no solo cuestionaron el acceso privilegiado a influencers, sino también la intervención previa del lugar por parte de las autoridades.
“Esto ya no es una escena de investigación, parece un museo montado”, denunció una madre buscadora.
En una de las escenas más impactantes del recorrido, una mujer golpeó el suelo con fuerza y gritó: “¡Está hueco!”, exigiendo una pala para inspeccionar lo que, según su experiencia, podría ser una fosa clandestina que las autoridades ignoraron.
El caso del Rancho Izaguirre sigue generando controversia y las familias exigen respuestas: ¿Por qué se privilegió a influencers sobre quienes buscan a sus desaparecidos? ¿Se alteró la escena antes de su ingreso? ¿Se está ocultando la magnitud de lo que ocurrió en Teuchitlán?