La promoción del dióxido de cloro como “sustancia milagro” que fortalece el sistema inmune y cura enfermedades graves tiene varios años, pero el brote de COVID-19 disparó en el mundo la compra del producto entre las personas temerosas de contagiarse o agravarse al haber contraído la enfermedad.
Sin embargo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reiteró que no existe evidencia científica de que el dióxido de cloro sea benéfico, al contrario, es un producto tóxico que pone en riesgo la salud de las personas.
La doctora María Jiménez Martínez, de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó lo que sucede en tu cuerpo cuando lo ingieres.
“El dióxido de cloro cuando entra en contacto con la boca se va a transformar en dos átomos de oxígeno y un guion cloruro”, inició.
Jiménez Martínez dijo que esto impacta en de dos formas: una es que el guion cloruro va a afectar el equilibrio electrolítico de tu cuerpo y, por otra parte, los oxígenos van a formar cloritos y cloratos que tienen una capacidad oxidante importante.
“¿A qué me refiero? Pues que va a afectar el balance redox, esto significa que nuestro PH normal oscila en el rededor de 7.3-7.35. Cuando un paciente tiene COVID, lo que ocurre es que disminuye su capacidad respiratoria y no puede eliminar adecuadamente el dióxido de carbono, esto ocasiona que se vaya concentrando en la sangre el dióxido de carbono y vaya disminuyendo el PH generando una acidosis respiratoria”, explicó.
Dijo que los niveles de PH en la sangre son muy cortos, es decir si el PH es de 7.35 y baja a 7.28, ya no es adecuado para la vida. Indicó que el riñón está para controlar estos niveles de PH, el cual trataría de compensar tratando de jalar o de quitar bicarbonato para compensar esta acidosis respiratoria.
“Sin embargo, ahora tenemos un exceso de cloro y el exceso de cloro a nivel celular va a ser que se tire más el bicarbonato y en lugar de que nos ayude para compensar esta acidosis respiratoria, va a contribuir más con una acidosis metabólica”, dijo la doctora de la UNAM.
Aseguró que entonces afecta la función respiratoria, renal y esto se traduce en una insuficiencia respiratoria severa.
“Si aumenta está acidosis respiratoria y metabólica, pues también va a causar daño en los eritorcitos, los va a romper, pues son los encargados de transportar el oxígeno y son muy lábiles a los efectos oxidantes que están ocurriendo por todos estos efectos que tiene el de dióxido de cloro, y bueno al final va a causar una insuficiencia renal y en algunos casos puede llegar a la muerte”.
Apuntó que en casos no tan tan graves sólo puede causar irritaciones en las mucosas, boca, esófago, estómago, también puede provocar diarrea y vómito.
En tanto, Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, señaló que hay personas que toman dióxido de cloro y mejoran de COVID, pero pueden empeorar o enfermar de otras cosas como la deficiencia respiratoria, renal, entre otras.
“El hecho de qué hayan salido adelante no quiere decir que haya sido responsable el dióxido de cloro”, agregó.
La Organización Mundial de la Salud y autoridades de varios países han emitido alertas a la población para evitar el consumo de la sustancia. En México, la Cofepris no ha autorizado registros sanitarios de formulaciones que contengan dióxido de cloro para su uso como tratamiento de alguna enfermedad.