El gobierno mexicano anunció que impulsará reformas legales para prohibir la siembra de maíz genéticamente modificado en el país, en un esfuerzo por proteger la diversidad genética de los maíces nativos. Esta decisión ocurre en el contexto del reciente fallo del panel de solución de controversias del T-MEC, que resolvió a favor de Estados Unidos en la disputa comercial sobre las restricciones mexicanas al maíz transgénico.
A través de un comunicado, la Secretaría de Economía expresó su apoyo a las iniciativas que se discutirán en el Congreso y destacó que su prioridad es salvaguardar la biodiversidad y los derechos de los pueblos indígenas. Además, señaló que la resolución del T-MEC se limita únicamente al ámbito comercial entre México y Estados Unidos.
El panel, que resolvió el viernes, respaldó las reclamaciones de Estados Unidos al concluir que las restricciones mexicanas carecían de sustento científico y violaban los términos de acceso al mercado pactados en el tratado. Entre las medidas señaladas está la prohibición del uso de maíz transgénico en masa y tortillas, así como la eliminación gradual en otros productos alimenticios y de origen animal.
El gobierno mexicano expresó su desacuerdo con el fallo, argumentando que no considera adecuadamente los principios de salud pública ni los derechos de los pueblos indígenas. A pesar del dictamen, la administración federal reiteró su compromiso con la conservación de las variedades autóctonas de maíz, fundamentales para la cultura y la alimentación del país.
La disputa se originó en 2020, cuando el gobierno mexicano buscó restringir la importación de maíz amarillo transgénico, utilizado principalmente como forraje para ganado, por temor a posibles riesgos para la salud y el medio ambiente. En 2023, Canadá se unió a la controversia como tercera parte, apoyando la postura estadounidense de que las restricciones mexicanas no están basadas en evidencia científica.
El 14 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó su compromiso de proteger constitucionalmente las razas nativas de maíz. Durante su declaración, señaló que cualquier acuerdo comercial sobre el maíz amarillo deberá garantizar la conservación de las variedades autóctonas, consideradas patrimonio nacional.
Aunque México es autosuficiente en maíz blanco, utilizado para la tortilla, la dependencia del maíz amarillo importado desde Estados Unidos plantea desafíos tanto comerciales como ambientales en medio de las tensiones por esta disputa.