El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) anunció este jueves una “drástica reestructuración” que implicará el despido de 10 mil empleados, en lo que se perfila como uno de los recortes más significativos en la historia de la agencia.
Según documentos internos obtenidos por The Wall Street Journal, la medida afectará de manera profunda a organismos clave como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que perderá 3 mil 500 empleados, lo que equivale al 19% de su plantilla. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) también sufrirán un recorte del 18%, con la salida de 2 mil 400 trabajadores.
Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CDS) no están exentos de la reestructuración. El NIH despedirá a mil 200 empleados (6% de su fuerza laboral), mientras que el CDS recortará 300 puestos, equivalentes al 4% de su personal. Además, el número de oficinas regionales del HHS se reducirá de 10 a 5.
Este drástico ajuste se suma a las salidas voluntarias de otros 10 mil empleados desde la llegada del presidente Donald Trump al poder, lo que representa una reducción total de personal del 25% en el HHS, pasando de 82 mil a 62 mil empleados a tiempo completo.
Según el gobierno, la medida generará un ahorro de 1,800 millones de dólares para los contribuyentes. Sin embargo, críticos advierten que los recortes podrían debilitar la capacidad del país para responder a crisis de salud pública, desde brotes de enfermedades hasta regulaciones de seguridad alimentaria y acceso a servicios médicos esenciales.
La incertidumbre sobre los efectos de esta reestructuración deja a expertos y ciudadanos en alerta, mientras el gobierno defiende su decisión como una medida de eficiencia fiscal.