Los cuerpos sin vida de los cuatro jóvenes que desaparecieron la pasada Navidad en el municipio zacatecano de Tepetongo, fueron encontrados en una fosa clandestina. La información fue circulada en redes sociales por sus familiares, mientras que la Fiscalía General del Estado de Zacatecas, no había emitido un boletín.
Información extraoficial indica que los cuerpos de las tres muchachas y un hombre estaban ya en estado de descomposición, en un hoyo a un lado de donde habría sido encontrada la camioneta en donde viajaban, en donde también había otro vehículo y otro cadáver masculino.
Jóvenes muertos en Zacatecas
José Melesio Gutiérrez Padilla, de 36 años de edad; Daniela Márquez Pichardo, de 31 años, Viviana Márquez Pichardo, de 26 e Irma Paola Vargas Montoya de 27 años de edad, desaparecieron la noche del pasado 25 de diciembre.
La familia de los difuntos lamenta el actuar de la Fiscalía de Zacatecas y también de las autoridades federales, que a sabiendas de que se trata de un punto de máximo riesgo, no tienen personal ni de la Guardia Nacional ni del Ejército Mexicano en la zona, mucho menos policías estatales o municipales.
“No entiendo nada. El presidente dijo que ese lugar es peligroso, que hay mucho tráfico de droga, pero ni así asegura la zona, sabemos que hay más de 60 desaparecidos ahí, y hasta niños, y todos ya están muertos ¿Por qué no se pone a trabajar? Este es el presente de México ¿Por qué si sabe que es peligroso, no lo soluciona?”, reclamó Fernanda Márquez, prima de las tres mujeres fallecidas violentamente.
Según Fernanda Márquez, sus primas fueron al Aeropuerto Internacional de Zacatecas para recoger a José Melesio Gutiérrez, quien vivía en Cincinnati, aunque es originario de León, Guanajuato. Todos habían estudiado en Zacatecas, por lo que la ciudad era ya un sitio común, aunque la familia Márquez es originaria de Colotlán, en Jalisco, en los límites con el estado de Zacatecas.
El ánimo era festivo porque él y Daniela pensaban comunicarle a su familia la fecha de su boda, programada para el próximo mes de septiembre. Tras recoger a José, se dirigieron a Colotlán, y el camino directo y habitual, es a través de la carretera 23, que pasa por el poblado de Jerez, en donde se detuvieron en un bar antes de continuar el camino. Fernanda Márquez rechazó que sus familiares hubieran tenido problema alguno en el bar.
Pero en torno de las 22:30 horas, cuando cruzaban el poblado de Viborillas, en el municipio de Tepetongo, y poco antes de ingresar al estado de Jalisco, Daniela Márquez mandó una última ubicación a su madre, a quien le pareció “anormal” debido al punto en medio de la nada.
El padre de las jóvenes, acompañado de amigos y vecinos, salió de Colotlán hacia el lugar de los hechos, hallando absolutamente nada en el punto referido por la joven. Un sitio oscuro, a borde de carretera, por lo que decidieron regresar a Jalisco.
“En este momento ni siquiera logramos entender cómo encontraron los cuerpos, estando desde hace semanas en el mismo lugar. Entonces significa que ni siquiera las habían buscado”, recriminó Fernanda Márquez.
La prima de las víctimas apuntó que hay una gran confusión sobre lo ocurrido en Viborillas, pero sobre todo hay rabia en contra de los agresores, alentada por la omisión de las autoridades, y es que todavía los cuerpos no han sido entregados.
Desde la noche del jueves, la plaza principal de Colotlán, Jalisco, está iluminada con veladoras, fotografías de los difuntos y lonas de rechazo a la inseguridad y a la omisión y complicidad de las autoridades locales, estatales y federales.
Y es que esa misma noche la familia de las víctimas comunicó a través de sus redes sociales, el hallazgo de sus cuerpos sin vida.
Frente a las instalaciones de la Guardia Nacional en Colotlán, decenas de vecinos se han manifestado en contra de su conformismo.
“Quítenle todo lo que tienen, si quieren dinero se los damos, pero déjenlos ir”, rogaban los padres de José Melesio Gutiérrez, días antes del hallazgo.
Los medios locales de Jalisco y Zacatecas han presionado a la fiscalía para que, de forma presencial, den a conocer qué fue lo que ocurrió.
Fernanda Márquez reconoció que tanto la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, como la de Irapuato, Lorena Alfaro, siempre fueron empáticas con su familia y estuvieron al pendiente, lo que no hicieron sus pares en Jalisco o en Zacatecas.
“Nuestros familiares regresaron, pero no como hubiéremos querido”, sentenció la joven.