Con las rodillas sobre la tierra y una gran sonrisa en el rostro, Katy Perry besó el suelo al descender de la cápsula espacial de Blue Origin. La cantante de 40 años, conocida mundialmente por éxitos como Firework y The One That Got Away, cumplió un sueño intergaláctico: viajar al espacio, y hacerlo junto a una tripulación compuesta exclusivamente por mujeres.
El vuelo, parte de la misión NS-31 de la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, duró apenas unos minutos, pero fue suficiente para marcar un hito: se trata del primer lanzamiento espacial sin presencia masculina desde 1963, cuando la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova viajó sola al espacio.
A bordo del cohete New Shepard, Perry compartió cápsula con otras cinco figuras destacadas: Lauren Sánchez, periodista y prometida de Bezos; Gayle King, copresentadora de CBS Mornings; Aisha Bowe, ex científica de cohetes de la NASA; Amanda Nguyen, bioastronauta y activista; y Kerianne Flynn, productora de cine. Un equipo diverso que representa el poder femenino en la ciencia, el arte y los medios.
La cápsula alcanzó los 107 kilómetros sobre el nivel del mar, cruzando la línea de Kármán —la frontera reconocida del espacio— antes de iniciar el descenso, sostenida por paracaídas. En tierra, personalidades como Oprah Winfrey, Kris Jenner y Khloé Kardashian observaron con emoción la hazaña desde la plataforma de aterrizaje.
Un beso al suelo y un mensaje al mundo
Al salir de la cápsula, Perry protagonizó una escena emotiva al besar el suelo, visiblemente conmovida. No sólo marcaba el final de una experiencia trascendental, sino el inicio de una nueva etapa de su gira mundial, que inicia en México, país que la artista ha descrito como “su segunda casa”.
“Fue breve, pero poderoso. Lo volvería a hacer mil veces”, dijo la artista en declaraciones posteriores. En redes sociales, aprovechó el momento para promocionar su gira, combinando la euforia espacial con su característico estilo pop.
Un asiento millonario
Aunque Blue Origin no ha revelado cifras oficiales, se estima que un boleto para un vuelo suborbital como este ronda los 400 mil dólares. Un lujo que, por ahora, solo está al alcance de millonarios, magnates y celebridades. Sin embargo, el objetivo de misiones como la NS-31 va más allá del espectáculo: buscan inspirar, normalizar la participación femenina en el ámbito aeroespacial y allanar el camino para futuras generaciones.
Lauren Sánchez, quien lideró la selección de la tripulación, explicó que el propósito era claro: “Queríamos mostrar a las niñas del mundo que el cielo no es el límite, es apenas el comienzo”.
Con esta misión, Blue Origin suma su undécimo vuelo tripulado, y refuerza su posición como una de las compañías líderes en el turismo espacial privado.
Una cápsula con mensaje
A pocos días del aniversario del primer vuelo espacial tripulado por un ser humano, la escena de seis mujeres flotando en microgravedad dentro de una cápsula es más que simbólica. Es una postal del futuro.
I’m Y si ese futuro tiene música de Katy Perry de fondo, mejor aún.