Más de 8 millones de mexicanos enfrentan inflaciones galopantes o de doble dígito, es decir, con tasas de mínimo 10%, cuyo fenómeno no se había visto durante este siglo.
Con una población de 4.1 millones de personas y seis de cada 10 en situación de pobreza, Oaxaca se convirtió en el primer estado del país en alcanzar una inflación de dos dígitos, cuya tasa llegó a 10.2% en junio de este año mientras el promedio nacional fue de 8%, según el Inegi.
La mayor carestía se dio en los alimentos, como el aguacate, que se disparó 84%, seguido de la cebolla, en 63%, y las harinas de trigo, 49%.
Esto último a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha paralizado la oferta mundial de trigo, pues ambas naciones aportaban 29% de las exportaciones totales del grano, explicó Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Los dos países también tenían una importante participación en el mercado de fertilizantes.
El reciente informe sobre las economías regionales del Banco de México (Banxico) indicó que Oaxaca y el resto de estados del sur son los más vulnerables a la menor disponibilidad y mayor precio de fertilizantes, lo que amenaza con reducir la siembra de maíz, sorgo, trigo y caña de azúcar, pues los productores también enfrentan mayores costos de transporte y energía.
La subdirectora de Estudios Económicos de CitiBanamex, Guillermina Rodríguez, explicó que Oaxaca sufre una carestía más acentuada por la dificultad para trasladar productos: “La falta de infraestructura carretera en el estado va a seguir impulsando los precios, sobre todo en las comunidades más alejadas”, dijo en entrevista con este diario.
Señaló la menor producción de alimentos por el costo de fertilizantes y su escasez, así como un mayor consumo de productos en Oaxaca por la reactivación económica tras el confinamiento, principalmente en sectores como construcción y turismo.
“Oaxaca carece de una planta productiva de alimentos sólida y grande como otros estados. La refinería [de Salina Cruz] y la construcción son lo que más pesan en su economía”, explicó.
Estados Unidos
Oaxaca no es el único lugar donde los mexicanos sufren una carestía de doble dígito, también la padecen en algunas zonas de la Unión Americana, donde la inflación nacional llegó a 9.1% en junio, aunque siete ciudades de 14 alcanzaron tasas superiores a 10%, informó el Departamento del Trabajo del país vecino.
La población de origen mexicano en esas siete urbes, tanto nativos como inmigrantes, fue de 4 millones de personas en 2020, de acuerdo con las proyecciones demográficas de la Oficina de Censos de EU.
Considerada la ciudad más grande de Alaska, Anchorage y su área metropolitana enfrentan la peor inflación del país que gobierna Joe Biden, cuya tasa ascendió a 12.4% y golpeó a 17 mil 287 connacionales.
Phoenix, Arizona, y su red urbana sufrieron una inflación de 12.3%, lo que alcanzó a 1.3 millones de mexicanos que residen en la zona.
En Atlanta, Georgia, y su área metropolitana se registró una carestía de 11.5% que mermó el bolsillo de 325 mil paisanos.
Con una población conjunta de 189 mil mexicanos, Miami, Florida, y Baltimore, Maryland, así como sus conurbaciones, sobrellevaron inflaciones galopantes de 10.6% en cada demarcación, revela el Departamento del Trabajo de Estados Unidos.
Houston, Texas, y sus alrededores reportaron una inflación de 10.2%, la cual impactó a 1.9 millones de compatriotas, ya que se trata de la tercera ciudad estadounidense con mayor población de origen mexicano.
Seattle, en Washington, así como los condados que conforman su metrópolis, anotaron una carestía de 10.1% el mes pasado, restando poder de compra a 278 mil connacionales.
Cifras procesadas por el Centro de Investigaciones Pew muestran que 20% de los mexicanos vive en pobreza en Estados Unidos, mientras que las carencias en México llegaron a 43.9% de la población en 2020, de acuerdo con el Coneval.
Guillermina Rodríguez advirtió que la inflación todavía no llega a su punto más alto en México y va a seguir escalando en los siguientes meses, principalmente en los alimentos, debido a los fertilizantes, condiciones climáticas desfavorables para el cultivo, problemas en las cadenas de suministro y otros factores.
El Universal