Un barco humanitario con destino a Gaza, que transportaba alimentos y medicinas para la población civil, fue interceptado este lunes por la marina israelí en aguas internacionales del Mediterráneo. A bordo del navío viajaba la activista climática Greta Thunberg, quien fue detenida junto a otros once tripulantes por las autoridades israelíes. El buque, identificado como Madleen, forma parte de la Flotilla de la Libertad, una iniciativa internacional de solidaridad con el pueblo palestino.
La organización detrás de la misión denunció que el abordaje ocurrió sin previo aviso y lo calificó de “acto de piratería”. La embarcación, afirman, llevaba fórmula infantil, insulina, y suministros médicos básicos para hospitales de Gaza, colapsados tras meses de conflicto.
Israel confirmó la operación y justificó la detención bajo el argumento de que se trataba de una “violación del bloqueo naval legítimo” que impone sobre la Franja desde hace más de una década. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) escoltaron el barco hasta el puerto de Ashdod, donde los activistas serán interrogados y posiblemente deportados.
“No se permitirá ninguna violación del bloqueo. Cualquier intento de socavar nuestra seguridad en tiempos de guerra será respondido con firmeza”, dijo el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.
La presencia de Greta Thunberg en el barco ha captado la atención mundial. Conocida por su activismo ambiental, Thunberg también ha denunciado en los últimos meses lo que considera una “catástrofe humanitaria ignorada” en Gaza. A través de sus redes sociales, había expresado su intención de “cruzar el Mediterráneo con suministros, no con armas, sino con humanidad”.
Aunque no ha podido comunicarse desde la detención, sus representantes exigen su liberación inmediata y denuncian el acto como una “represión directa contra la solidaridad civil internacional”.
Una acción que revive tensiones
Este episodio recuerda el incidente de 2010 con la embarcación turca Mavi Marmara, en el que murieron diez activistas tras una redada israelí en altamar. Ahora, con una figura de alto perfil como Thunberg a bordo y un contexto global sensibilizado por la situación en Gaza, las consecuencias diplomáticas podrían ser severas.
Organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han condenado el abordaje y recordado que las operaciones humanitarias en aguas internacionales están protegidas por el derecho internacional.
Desde Estocolmo, la canciller sueca pidió a Israel que garantice la integridad física de sus ciudadanos y libere a los activistas sin represalias legales.