En un operativo contra la organización criminal ‘Ndrangheta, la policía italiana arrestó a 25 personas, entre ellas una monja que utilizaba su posición para traficar drogas y actuar como enlace entre reos y la mafia. La religiosa, cuyo nombre no ha sido divulgado oficialmente, operaba en cárceles de Milán y Brescia, donde por 15 años había trabajado como voluntaria.
Una red criminal en prisión
La monja facilitaba el flujo de mensajes entre los miembros de la mafia encarcelados y sus contactos externos, permitiendo coordinar actividades delictivas como tráfico de drogas y armas. Según las autoridades, su estatus le garantizaba acceso sin restricciones a las cárceles, lo que la convirtió en una pieza clave en la red de comunicación clandestina.
Operativo internacional
El operativo policial abarcó diversas provincias de Italia y España, donde se detuvo a otros 24 sospechosos, quienes enfrentan cargos por extorsión, blanqueo de capitales y tráfico de drogas y armas. Durante las investigaciones, se confiscaron bienes y fondos por más de 1.8 millones de euros.
Además, se descubrió que los criminales utilizaban empresas ficticias para emitir facturas falsas por un valor superior a 12 millones de euros, lo que les permitió evadir impuestos y lavar dinero proveniente de sus actividades ilícitas.
Golpe a la ‘Ndrangheta
La ‘Ndrangheta, con base en Calabria, es una de las mafias más poderosas y peligrosas de Europa, controlando gran parte del tráfico de cocaína en el continente. Este operativo representa un golpe significativo a su estructura financiera y operativa, aunque las autoridades han reconocido que la organización sigue siendo una amenaza seria.
Un caso que sacude a la Iglesia
El arresto de la monja ha generado conmoción en Italia, especialmente dentro de la Iglesia Católica, que enfrenta cuestionamientos sobre cómo alguien con una vocación religiosa pudo involucrarse en actividades criminales de tal magnitud.
Por ahora, la investigación continúa para determinar el alcance de las operaciones de la ‘Ndrangheta y el rol de la monja dentro de la red delictiva.