El polémico y mediático Jake Paul logró un triunfo significativo al derrotar al legendario excampeón de peso pesado Mike Tyson por decisión unánime en una pelea celebrada en Arlington, Texas. Este combate, pactado a ocho asaltos de dos minutos y transmitido por Netflix, marcó un hito en la carrera de Paul, quien busca establecerse como un contendiente legítimo en el boxeo profesional.
Las tarjetas de los jueces fueron contundentes: 79-73, 79-73 y 80-72 a favor de Paul. A pesar de no estar sancionada por organizaciones oficiales de boxeo, la pelea tuvo un carácter oficial y generó gran expectativa por enfrentar a dos figuras de mundos distintos: el ícono de los 80 y 90, Tyson, y el influencer convertido en boxeador.
La pelea: un choque de generaciones
Desde el inicio, Tyson, de 58 años, mostró señales del desgaste físico tras décadas alejado de los rings profesionales. Aunque intentó neutralizar a su rival con movimientos de cintura en los primeros compases, la juventud de Paul, de 27 años, se impuso rápidamente.
El segundo asalto marcó la pauta: Paul usó su velocidad y alcance para controlar la distancia con jabs certeros. En la tercera vuelta, conectó un par de izquierdas que evidenciaron la falta de reacción de Tyson, quien comenzaba a lucir agotado.
Con el avance de los asaltos, Tyson optó por una defensa cerrada, limitándose a mantener la guardia alta mientras Paul, consciente de la diferencia de niveles físicos, evitó presionar innecesariamente para no lastimar de más al excampeón. En el octavo round, el combate culminó de manera predecible, con Paul acumulando un total de 97 golpes conectados frente a los escasos 18 de su oponente.
Impacto en el boxeo y la carrera de Jake Paul
Con este triunfo, Paul eleva su récord a 10 victorias (7 por nocaut) y una derrota, un logro que comienza a darle legitimidad en un deporte que inicialmente lo recibió con escepticismo. Por su parte, Tyson, cuyo retiro profesional ocurrió en 2005, sumó esta exhibición a su legado como una figura histórica del boxeo, aunque claramente en declive físico.
El combate no solo fue un espectáculo deportivo, sino también un evento lucrativo. Tyson se embolsó 20 millones de dólares, mientras que Paul aseguró una bolsa de 40 millones. La transmisión a través de Netflix, una plataforma con más de 280 millones de suscriptores, reflejó el creciente interés por peleas con elementos de entretenimiento y figuras mediáticas.
Este resultado no solo refuerza la posición de Paul como una figura relevante en el boxeo contemporáneo, sino que también genera nuevas preguntas sobre el futuro de un deporte donde la mezcla de espectáculo y competencia pura está redefiniendo las reglas del juego.