La Selección Mexicana vivió una noche para el olvido en San Pedro Sula. No solo perdió 2-0 frente a Honduras en el partido de ida de los Cuartos de Final de la Nations League, sino que el técnico Javier Aguirre fue víctima de una agresión que lo dejó ensangrentado tras el encuentro.
Un partido tenso y lleno de provocaciones
Desde el inicio del partido, el ambiente hostil en el Estadio Olímpico Metropolitano fue evidente. Los aficionados hondureños no solo insultaron al estratega mexicano durante los 90 minutos, sino que también lanzaron objetos hacia el área técnica del Tri. Aguirre, conocido por su carácter explosivo, respondió con señas a los aficionados, lo que intensificó los ánimos.
El episodio más grave ocurrió al término del encuentro, cuando el técnico caminaba hacia su homólogo, Reinaldo Rueda, para saludarlo. En ese momento, una lata de cerveza lanzada desde la tribuna impactó en la cabeza de Aguirre, provocándole un corte que sangró de inmediato. Sorprendentemente, el ‘Vasco’ continuó caminando sin percatarse de la herida hasta que la sangre le cubrió el rostro.
Reacciones tras la agresión
El incidente generó indignación en el entorno futbolístico. La Federación Mexicana de Futbol (FMF) emitió un comunicado condenando enérgicamente los hechos y solicitó a la Concacaf que tome medidas contra la Federación de Futbol de Honduras y sus aficionados por la falta de seguridad en el estadio.
“Este tipo de actos no tienen cabida en el futbol ni en ningún ámbito. Exigimos una investigación inmediata y sanciones ejemplares”, expresó la FMF.
Por su parte, Javier Aguirre, tras recibir atención médica, restó importancia al hecho. “Esto no debe pasar, pero así es el futbol en ciertas plazas. Ahora, a enfocarnos en la vuelta”, declaró brevemente a los medios.
El Tri en crisis
Más allá de la agresión, el desempeño del Tricolor dejó mucho que desear. Con un futbol opaco y sin ideas, México se encuentra obligado a remontar un marcador adverso el próximo martes en el Estadio Azteca. La presión sobre Aguirre y sus jugadores es máxima, y el incidente en Honduras no hace más que añadir tensión al entorno del equipo.
La Concacaf aún no se ha pronunciado sobre los hechos, pero se espera que abra una investigación que podría derivar en sanciones para la Federación de Honduras, incluyendo una posible multa o la prohibición de jugar con público en futuras competencias.
Este incidente subraya la necesidad de garantizar la seguridad en los estadios y erradicar la violencia en el futbol, un problema recurrente en ciertas regiones de la Concacaf.