Priscila Sand, una joven argentina de 27 años, ha sacudido las redes sociales tras publicar un video en TikTok donde denuncia haber sido secuestrada, violentada y controlada durante casi dos años por su pareja, el empresario mexicano Salvador Zubirán Rabay. La denuncia, que ya se ha viralizado en redes, pone en evidencia un caso que involucra presunta complicidad de autoridades, corrupción judicial y omisiones sistemáticas por parte de las instituciones encargadas de impartir justicia.
“Temo por mi vida y la de mi hijo de nueve meses”, expresó Priscila en su testimonio público, en el que detalló que vivió bajo un régimen de vigilancia extrema: cámaras, micrófonos, sensores de movimiento y hasta nueve escoltas armados que respondían únicamente a su esposo.
Una prisión de lujo, violencia y medicación forzada
Priscila afirmó que además de estar completamente controlada, fue víctima de agresiones físicas, sexuales y de violencia vicaria. Denunció haber sido golpeada incluso mientras sostenía a su hijo en brazos. Relató que era obligada a tomar medicamentos psiquiátricos, los cuales, aseguró, eran obtenidos irregularmente del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, fundado por el abuelo del presunto agresor.
Entre los elementos más perturbadores de su denuncia, Priscila reveló que Zubirán Rabay había comenzado la construcción de un “cuarto de pánico” en su casa, cuya finalidad, según ella, era usarlo para encerrarla.
Intentos fallidos de huida y una fuga bajo amenaza
La joven intentó escapar a Argentina en 2023, pero su esposo viajó hasta allá para obligarla a regresar bajo amenazas directas hacia ella y su familia. No fue sino hasta el pasado 15 de abril que logró huir con ayuda de una amiga. Durante la fuga, fueron perseguidas por uno de los escoltas armados de Zubirán, lo que añade un elemento de peligro extremo a su testimonio.
Ese mismo día, Priscila acudió a la Fiscalía de Investigación del Delito de Secuestro para interponer una denuncia formal y entregar pruebas documentales y audiovisuales. Sin embargo, hasta la fecha, Salvador Zubirán Rabay continúa en libertad.
Una red de impunidad y nuevas voces que rompen el silencio
En su video, Sand acusó directamente a Zubirán de tener vínculos con jueces, fiscales y policías, lo que le ha permitido manipular denuncias, fabricar pruebas y evadir la acción penal. “Ha comprado jueces, policías de investigación y ministerios públicos”, denunció con firmeza.
No se trata de un caso aislado. Al menos otras dos mujeres, Ximena Oteriza y la actriz argentina Laura Vignatti, han denunciado públicamente haber sido víctimas de Zubirán. Oteriza afirma haber estado secuestrada por un año y medio, escapando en junio de 2022. “Después de mí fue Laura y luego Priscila. Nunca se ha hecho justicia”, dijo Ximena, quien ahora busca unirse a otras víctimas para alzar la voz de forma colectiva.
Vignatti también denunció en su momento a Salvador Zubirán por violencia, aunque su caso no prosperó más allá del escándalo mediático.
Clamor por justicia
La denuncia de Priscila Sand ha reavivado el debate sobre la ineficacia del sistema judicial mexicano frente a casos de violencia de género, secuestro doméstico y abuso de poder. En sus palabras finales, Priscila hizo un llamado directo a las autoridades:
“No podemos seguir callándonos. Hoy exijo justicia para mí, para mi hijo, para las personas que me han apoyado desde mi escape, para las mujeres que ya no están y para que ninguna más viva lo que yo viví.”
Por ahora, la Fiscalía no ha emitido ninguna orden de aprehensión, y Zubirán Rabay permanece libre, mientras aumentan las voces que exigen una investigación exhaustiva y acción inmediata.