MÉXICO.
Hace unos días, la esposa de Dont’a Hightower, linebacker de los Patriotas, reveló que, durante su labor de parto, el jugador estuvo con ella gritando: “¡28-3, nunca te rindas!”, frase usada en alusión al Super Bowl LI, en el que Nueva Inglaterra iba abajo por ese marcador contra Atlanta y remontó para ganar.
Bueno, ocurre ahora que Hightower es uno de los jugadores que la NFL no verá este año en los emparrillados. La temporada 2020 será bastante atípica a causa del covid-19. Mientras los equipos aún dirimen si habrá público en los estadios, hay jugadores, 67 para ser exactos, y cinco oficiales que han dado un paso de lado: no jugarán por temor a un contagio, tanto de ellos como de sus familiares.
El sindicato de jugadores y la Liga llegaron a un acuerdo para que los elementos que no desearan participar lo pudieran hacer. Al no jugar, no recibirían su salario, pero sí una compensación de 150 mil dólares. Para los que tienen un mayor riesgo de salud, debido a situaciones médicas, será de 350 mil.
Hightower, quien el 16 de julio se convirtió en padre por primera vez, dijo: “Entiendo que uno puede contagiarse yendo al supermercado, pero no voy a poner en riesgo la salud de mi familia por dinero”.
Asimismo, los Gigantes se quedarán sin su tacle estelar, Nate Solder: uno de sus hijos está en un tratamiento por cáncer y no quiere llevar el virus a su hogar, a donde, además, este verano llegó su segundo vástago. “Con miedo y temblor, luchamos por mantener nuestras prioridades y, para nosotros, la salud de nuestros hijos y la salud de nuestros vecinos está antes que el futbol americano”, dijo Solder, quien en 2014 venció un cáncer.
Los Delfines, por su parte, se quedaron sin su original cuerpo de receptores: Albert Wilson y Allen Hurns se dieron de baja. “No fue una decisión fácil, pero decidí excluirme para hacer lo mejor para mi familia, especialmente con un bebé en camino”, sentenció Hurns.
Caso especial es el del guardia canadiense de los Jefes, Laurent Duvernay-Tardif, quien decidió darse de baja debido a que su profesión y vocación de médico le hizo cambiar los emparrillados por los hospitales y luchar contra el virus desde la primera línea de defensa. El quarterback Patrick Mahomes comentó: “Él quiso ayudar y sé que le es difícil, pero respeto su decisión de poner sus pensamientos de lado y hacer lo que creyó mejor”.