Al hablar de tiroteos masivos se suele pensar en Estados Unidos, en específico los ocurridos en las escuelas que incluso han cobrado vidas en ese país. Estos acontecimientos han sido retratados por distintos cineastas, que buscan crear conciencia al contar las historias de las víctimas.
Michael Moore es quizá el más conocido. El realizador reunió diversos testimonios y unió las piezas para explicar de manera crítica la masacre de la Escuela Secundaria de Columbine ocurrida en 1999, como parte de su documental “Bowling for Columbine”.
En él se describe qué llevó a los estudiantes de último año, llamados Eric Harris y Dylan Klebold, a asesinar a 12 estudiantes y un profesor, además de lesionar a otras 27 personas, antes de suicidarse.
La socióloga Georgina Aldaba considera que el trabajo de este realizador es un ejemplo de cómo el impacto de estos documentales pueden generar conversación sobre las causas profundas de estos lamentables hechos, aunque no necesariamente una transformación de fondo.
“La visión crítica de Moore claro que contribuye a generar una conciencia, pero que determine a qué va a ser positivo el impacto sería muy arriesgado decir que sí, pero al manejar información eso ayuda mucho a manejar el criterio de en las personas, por ejemplo en una nota de la BBC de lo sucedido en Texas ponen las fotos de los niños que fueron asesinados y ponen al tipo como monstruo, era una visión criminalizan, pero por qué no mencionan a los villanos que construyeron a ese villano”, dice a EL UNIVERSAL.
¿Y quién es el villano? En lo que va del año, el mundo se ha conmocionado por dos tiroteos en el país norteamericano, la de Buffalo, Nueva York, en la que un joven de 18 años asesinó a 18 personas en un supermercado, y la de Uvalde, Texas, en la que otro de 18 años mató a 19 alumnos y dos adultos en una escuela.
De acuerdo a la socióloga, si se tratara de buscar a un culpable, la responsabilidad no sólo caería en el asesino sino en la sociedad en general y su entorno que contribuyó a que esa persona cometiera esos crímenes, pero en este tipo de casos, los medios de comunicación, autoridades y la gente, y más tarde las películas inspiradas en ese tipo de hechos, convierten al agresor en un monstruo.
“Pero fueron los mala onda de sus compañeros que le hacían bullying, se burlaban, lo discriminaban por su origen, por la discapacidad que tenía, porque ahí están creando al villano y si hay material, documentales, películas que nos ayuden a visibilizar esto, es algo muy positivo”, apunta la especialista.
La película “Hello Herman” de 2012, de la directora Michelle Danner, habla de este tipo de situación en donde un estudiante va a su preparatoria y mata a 39 estudiantes, dos maestros y un oficial de policía; luego es criminalizado por toda la sociedad. Esta película es una crítica al sistema sobre el cómo los medios van transformando al atacante en un villano de película de acción, cuando en el trasfondo existen los problemas de bullying, alcoholismo, problemas familiares, el acceso fácil a las armas de fuego que originaron esa situación.
La música, la tele, los videojuegos han sido siempre juzgados en este tipo de casos, pero de acuerdo a la socióloga, no influyen en nada para el comportamiento social, porque son un reflejo de lo que ya existe, así que considera absurdo que se culpe a lo que consumen las personas.
Como en el caso del tiroteo de la Escuela Primaria de Sandy Hook, en 2012, que cobró la vida de 20 niños y seis adultos, además del perpetrador Adam Lanza, de 20 años, quien mató a su madre antes de cometer el crimen, y a quien en un momento le fue atribuido que los videojuegos influyeron en su comportamiento.
El documental “Newtown” de 2016, dirigido por Kim A. Snyder, sigue a esa comunidad y su camino para sobreponerse a la matanza perpetrada por Lanza. La directora también tiene otro título sobre el tema llamado “Lecciones de un tiroteo en una escuela: notas de Dunblane”, en que aborda la experiencia de un sacerdote durante la matanza de la Primaria Dunblane, Escocia, en 1996.
La especialista destaca además la idiosincrasia en Estados Unidos, en especial respecto al uso de armas, este pensar se ve reflejado en las películas de acción estadounidenses como en la de los superhéroes que adquieren otro significado en otros países.
“En Estados Unidos se considera distinto el manejo de armas para defenderte, lo vemos como en Universos como Marvel y sus películas, en donde gana el que tiene más tecnología, poder, mejores armas, y no es que digamos que por estas películas se mande el mensaje de que ‘con esta súper pistola voy a matar y voy a hacer más poderoso’, sino que es una idea que se retoma del mismo contexto de la sociedad estadounidense, si yo como creador de contenido recurro a estos estereotipos es porque es con lo que la sociedad se identifica y por lo tanto lo consumen”, ahonda.
La película de “Zero Day” de 2003, de Ben Coccio, que también que habla de los sucesos de la masacre Columbine, da una mirada profunda a lo fácil que les fue adquirir armas de fuego, explosivos y demás y burlar la seguridad, debido a la forma de pensar de la sociedad y lo permisivas que son las leyes con respecto a las armas de fuego en ese país.
TOMADO DE EL UNIVERSAL