CIUDAD JUÁREZ, CHIH.
Con la esperanza de llegar a Estados Unidos después de viajar miles de kilómetros durante meses, alrededor de mil personas en movilidad arribaron ayer a Ciudad Juárez, sobre los techos de más de 30 vagones de un tren de carga.
“Arriba Venezuela”, “agua, agua, agua para los niños”, gritaban algunos de los migrantes, mientras otros preguntaban si ya habían llegado a Ciudad Juárez, para luego celebrar su arribo a la frontera con los brazos levantados hacia el cielo.
Entre ellos venía “El Hombre Araña”, encarnado por David, un venezolano de 4 años quien comenzó su travesía con su mamá y su papá, el 5 de diciembre de 2023 en Santiago de Chile, desde donde recorrió cerca de 13 mil kilómetros y pasó por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y cruzó todo México para poder llegar hasta esta frontera.
“Muy difícil el trayecto por la selva, pero más difícil el trayecto por México, porque para nadie es un secreto que somos extorsionados, somos víctimas de las bandas y de los cárteles mexicanos, pero ya estamos aquí en la frontera y nuestro destino es Estados Unidos, hacer una nueva vida para nuestros hijos”, dijo David Alfonso Isturi, de 29 años, mientras cargaba a su hijo sobre sus hombros.
La última parte de su viaje tuvieron que realizarla sobre vagones de trenes de carga, el primero del Estado de México hacia Irapuato, el segundo de Irapuato hacia Torreón, el tercero de Torreón a Chihuahua y el último de la capital del estado hasta esta frontera, a donde llegó David con su disfraz y máscara del superhéroe que lo llevaría hasta Estados Unidos.
“No tenemos casa, no tenemos hogar en Venezuela. Allá no hay estudios, no hay medicinas y realmente necesitamos un futuro pa´ nuestros hijos. Vamos a luchar por nuestros hijos”, aseguró el padre después de descender del tren y mientras caminaba hacia el bordo del río Bravo.
Como ha ocurrido en los últimos días, ayer el tren en el que viajaban los cientos de personas fue detenido en el punto de revisión militar conocido como Precos, en donde algunos de los extranjeros descendieron para llenar botes con piedras y tratar de evitar ser detenidos por los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).
“Estamos cansados de que nos estén robando, la Migración nos baja, nos quita plata, nos quita ropa, nos quita papeles. Nos devuelven, no son capaces de deportarnos, nos devuelven –al sur de México–, sólo para (hacernos) pasar trabajo. La mayoría viene con familia, venimos con niños, vienen discapacitados y a ellos les vale v… que nosotros estemos pasando este trabajo, nos mandan a caminar, se nos pelan los pies. Nosotros no vamos a hacer daño, pero estamos cansados de Migración”, dijo un venezolano mientras el tren permanecía detenido en el desierto de Samalayuca.
Poco después de una hora, el personal de Ferrocarriles Mexicanos (Ferromex) continuó su marcha con autorización del personal del INM, por lo que los hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes continuaron el último trayecto de su travesía a bordo de “La Bestia”, como llaman los migrantes al tren de carga en el que viajan.
Minutos antes de la 1:00 de la tarde arribaron finalmente a Ciudad Juárez, la frontera que dijeron haber elegido porque otros migrantes que ya están en Estados Unidos les dijeron que “era la más fácil pa’ cruzar”.
Emocionados por haber llegado, los extranjeros celebran su llegada a la frontera, uno de ellos mostraba una bandera de Venezuela, otro enseñaba una Biblia y otros gritaban pidiendo agua, mientras el tren continuaba su marcha por la ciudad a baja velocidad.
“Llevamos cuatro meses viajando. Ayúdenme con agua para mis hijos”, gritaba un hombre desde el techo de un vagón del que finalmente descendió a la altura de la calle Carlos Amaya, para luego caminar en caravana sobre el eje vial Juan Gabriel.
Joan del Castillo, un venezolano de 33 años, llegó con una venda en la cabeza, después de haber sido golpeado por un agente federal del INM en Torreón, aseguró.
“Me agarró y me tumbó, la gente me ayudó con pedradas y me rescataron otra vez. Tengo como seis días así y todavía los médicos no me han revisado porque no confío en la Migración de aquí”, contó el sudamericano quien salió de su país el 4 de febrero.
Los cientos de familias y grupos de adultos caminaron hacia el Centro de la ciudad, en donde algunos buscaban llegar a Catedral, pero la presencia de policías hizo que la gran mayoría continuara su camino hasta las carpas del albergue temporal ubicado a un costado del puente Lerdo, en donde pidieron comida y agua.
Después, por grupos comenzaron a caminar sobre el bordo del río Bravo, en busca de un lugar por donde ingresar a Estados Unidos y poder entregarse con los agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector El Paso.
Les piden hacer cita en la app
Por su parte, autoridades municipales y federales recorrieron ayer la frontera de Ciudad Juárez con El Paso para pedirles a los migrantes que solicitaran una cita para ingresar a Estados Unidos de manera regular a través de la aplicación móvil CBP One.
Los agentes de la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad Pública Municipal y del INM se acercaban con los grupos de migrantes y les pedían que salieran del río –seco– que divide a México y a Estados Unidos, para que regresaran a la ciudad.
“Ahorita los soldados (de Texas) nos echaron gas pimienta para que nos quitáramos de los árboles, luego cruzamos y nos regresaron”, narró un venezolano quien observaba a través del cerco de púas a un grupo que ya era procesado por la Patrulla Fronteriza junto a la puerta del muro fronterizo ubicada en el marcador internacional número 40.
TOMADA DE EL DIARIO MX