Colectivos del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM) honraron este lunes la memoria de Marisela Escobedo Ortiz, madre buscadora y activista asesinada hace 14 años frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua.
Durante el homenaje, las voces de los asistentes resonaron con fuerza al grito de “¡Marisela vive, Marisela vive!”, recordando su incansable lucha por justicia tras el feminicidio de su hija Rubí Frayre Escobedo, ocurrido en 2008 en Ciudad Juárez a manos de su pareja sentimental, Sergio Rafael Barraza.
Alma Gómez Caballero, activista del CEDEHM, destacó el papel incansable de Marisela, quien no solo exigió justicia, sino que también llevó a cabo investigaciones propias para dar con el paradero del asesino. “Marisela hizo el trabajo que las autoridades no realizaron. Ella investigó con vecinos, amigos del asesino y señaló dos veces dónde estaba, pero la justicia le falló”, explicó Gómez.
El caso de Marisela Escobedo es emblemático en Chihuahua y un símbolo de la impunidad que persiste en el país. A más de una década del crimen, la familia de la activista permanece desplazada fuera de México debido a las amenazas recibidas tras su asesinato.
Durante la conmemoración, los colectivos colocaron flores en la placa que marca el lugar donde Marisela fue asesinada, un acto simbólico que busca mantener viva su memoria y su lucha.
El nombre de Marisela Escobedo continúa siendo un recordatorio de la violencia que enfrentan las mujeres en México y de la deuda pendiente del sistema judicial con las víctimas y sus familias.