Jorge Peraza Bernal, empresario y dueño del emblemático restaurante La Chuparrosa Enamorada, fue hallado sin vida a las afueras de su propio establecimiento en la colonia Bacurimí, en un contexto de violencia y presiones del crimen organizado en la capital sinaloense. Su muerte, que ocurrió apenas seis días después de que su local fuera incendiado en un aparente acto de intimidación, marca un episodio más en la ola de violencia que atraviesa Culiacán.
De acuerdo con fuentes del gremio restaurantero, Peraza Bernal había sido blanco de extorsiones y cobros de piso por parte de grupos delincuenciales, presiones que podrían estar relacionadas con el incendio de su establecimiento el pasado 30 de octubre. Pese a este acto vandálico, que dañó severamente su negocio, el Congreso de Sinaloa le otorgó el Premio al Mérito Restaurantero, en un esfuerzo por apoyar la reconstrucción del restaurante, conocido también por albergar eventos culturales y de promoción de la historia regional.
El hallazgo del cuerpo fue reportado al número de emergencias 911 por vecinos del sector alrededor de las 15:00 horas. Peraza Bernal se encontraba a la entrada de La Chuparrosa Enamorada, establecimiento que había ganado popularidad por su propuesta culinaria y su papel en la promoción cultural en la capital.
Inseguridad y Resistencia de Comerciantes
Este asesinato ocurre en un contexto de creciente violencia en Sinaloa, donde, además de los homicidios, se han reportado saqueos y actos de vandalismo en centros comerciales, lo que ha llevado a algunos empresarios a cerrar temporalmente sus negocios. En respuesta, el gobernador Rubén Rocha Moya hizo un llamado a la población y al sector empresarial para “recuperar la normalidad”, asegurando que existen condiciones para reanudar las actividades. Sin embargo, la ola de violencia, que incluyó siete homicidios solo el pasado domingo 3 de noviembre, mantiene en alerta a la ciudadanía.
Según cifras recientes, Culiacán ha registrado un alarmante aumento en el robo de vehículos, alcanzando 661 casos en el mes de octubre, lo que añade otro factor de preocupación para los habitantes de la ciudad.
El caso de Jorge Peraza Bernal simboliza el riesgo que enfrentan los empresarios en zonas donde el crimen organizado extiende sus redes de extorsión e intimidación. Su asesinato no solo deja un vacío en el gremio restaurantero de Culiacán, sino que destaca la urgencia de implementar medidas de seguridad efectivas que permitan a los empresarios y a la ciudadanía desarrollar sus actividades sin el constante acecho de la violencia.